sábado, 11 de mayo de 2013

A la fuerza...

Ya lo dice la sabiduría popular:
A LA FUERZA, NO ES CARIÑO.

6 comentarios:

  1. A mí sobre este tema la prudencia me exige no pronunciarme. Sin duda tienes elementos en casa que te hacen ver las cosas de un determinado color en esas relaciones endiabladas entre estos dos amantes despechados, pero yo desde luego no me explico como tú las razones del desencuentro. Treinta años en tierras de aquí no me han ayudado a entender positivamente los motivos de este lado del Ebro. Quizás es que alguien falla en el proceso de comunicación o que, deliberadamente, prefiere ser malentendido para generar antipatía y lograr lo que desde siempre se ha pretendido. Hubo una escritora italiana que fue invitada por la Generalitat para conocer la cultura de Cataluña. Fue recibida a golpe de talonario y se le facilitó la estancia durante un tiempo en Cataluña. Al cabo del cual le preguntaron golosamente qué pensaba de la realidad catalana, pero ella les contestó que no había entendido nada. Esa misma reacción tengo yo tras treinta años de estar aquí, que no entiendo nada, porque lo que habría de entender parte de presupuestos viciados y falsos, pero comúnmente aceptados por una mayoría que los asume como parte de una ideología compartida por la masa y que expresan muy bien los medios de comunicación catalanes que taladran y taladran sobre qué es lo que hay que pensar, cómo y por qué.

    ResponderEliminar
  2. Ya Galdós no entendía por qué Oller no escribía en castellano y se empecinaba en hacerlo en catalán. Esta falta de entendimiento no es más que una mínima anécdota en la dilatada amistad entre ambos escritores; no digamos ya, en la historia de las relaciones entre España y Cataluña. Yo soy el primer miembro de mi familia nacido a esta orilla del Ebro y tampoco acabo de entender bien la mayor parte del argumentario; pero hay un principio que se me antoja básico: el derecho de los pueblos a decidir su futuro. Aquí, en Escocia o en Matalascañas. Yo suspiro por un estado federal, aunque, vista la casta política que nos ha de conducir desde aquí o desde allá hacia aquí o acullá, lo primero que conviene es o bien una cura de honradez o bien una limpieza general. Y luego, hacia donde el pueblo y no Dios quiera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La idea de un estado federal no es querida en España. Hay una tendencia creciente que es la de recentralizar el estado en buena parte de España. Murcia no quiere ser un estado federado, Castilla-León no quiere ser un estado federado... y así la mayor parte de las comunidades autónomas. Puede ser que desde Cataluña y el PSC se vea como una opción interesante pero choca con la realidad de la España autonómica que ha creado 17 sistemas sanitarios a veces no compatibles, 17 sistemas educativos difícilmente trasversales. ¿Te imaginas 17 sistemas fiscales? Yo desde luego soy de los que pienso que la autonomía ha llegado a un límite absurdo. Y además el federalismo no resolvería tampcco la relación con Cataluña puesto que algo de estado todavía quedaría. Muchos catalanes sueñan con una hipótesis en que España no exista. La única opción sería la independencia de Cataluña tras un referéndum... pero, claro, luego de Cataluña vendría el País Vasco... y Navarra... y el problema de los Països Catalans que sería el siguiente punto por el expansionismo e imperialismo catalán. Así lo que quedara de España sería altamente inestable y el estado se volatilizaría en un conjunto de enfrentamientos interterritoriales que podrían llevarnos a estados prebélicos. Cataluña habría de tener unas fuerzas armadas sin lugar a dudas y la convivencia sería imposible en los próximos quinientos años dados los odios que se desatarían.

      El derecho a decidir no es reconocido por prácticamente ningún sistema constitucional del mundo. El derecho de autodeterminación es para los pueblos colonizados. Parece un principio claro y luminoso pero puede abrir cajas de los truenos que no llegamos siquiera a concebir. Desde mi punto de vista yo convocaría el dichoso referéndum con una pregunta taxativa y clara. ¿Quiere usted la independencia de Cataluña? Y a ver qué pasa... teniendo en cuenta que lo que pasara podría ser terriblemente complicado y despertaría animadversiones que no se curarían.

      Pero a este lado del Ebro se ve como un mantra inexcusable. Sea pero que no nos lo vendan como la luz irisada del arcoiris porque es un potencial explosivo de toda una convivencia difícilmente mantenida porque no acabaría ahí, y si se perdiera por parte de los independentistas se volvería a repetir hasta que saliera el resultado querido. ¿O no?

      Eliminar
    2. Te veo muy apocalíptico, Joselu. El ánimo expansionista del nacionalismo catalán no es tal que trate de conquistar a la fuerza Valencia, las islas o la antigua Occitania. Por otro lado, si un día Catalunya llegase a ser independiente, espero que carezca de ejército.

      Mi actitud y mi ánimo, que son leguleyos, me llevan a pensar que todos tenemos el derecho a decidir, pues nos hace, no solo más demócratas, sino incluso un poquito menos esclavos. "¿Quiere usted la independencia de Cataluña?" es la pregunta que ya ha propuesto ERC. Yo creo que tendría que ser más compleja y recoger la posibilidad federal que defiende ICV (y, no sé hasta qué punto, PSC). Y más adelante, sea cuál sea el resultado, que se nos plantee también la disyuntiva monarquía o república.

      Ciertamente, la idea del federalismo no desata pasiones en gran parte de España, pero no es de extrañar: la España de las autonomías es un artificio, un café para todos sobrevenido artificial e innecesariamente. El país debería vertebrarse en una triple federación: Euskadi, Catalunya y España. Todo lo demás sobra, como seguramente sobran también las diputaciones, el senado...

      Y, por último, si el resultado de la posible consulta fuese uno u otro, esta debería poder repetirse siempre que haya una necesidad colectiva suficientemente significativa que la hiciese oportuna.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Me encanta la imagen...

    Cierto, nada es bueno a la fuerza.

    Besos.

    ResponderEliminar