domingo, 13 de noviembre de 2016

Adiós a Cohen



Supe del fallecimiento de Leonard Cohen al tiempo que del de Francisco Nieva: por la mañana temprano, antes de acudir al instituto a impartir la primera clase del día. Poco después, ya en el aula, entre mis alumnos, no pude evitar compartir con ellos la luctuosa noticia. Era consciente de que Nieva no sería para ellos más que el perfecto desconocido cuyo apellido, coincidente casi enteramente con el de una alumna, tal vez retengan sus compañeros durante largo tiempo o para siempre. A Leonard Cohen, sin embargo, alguno habría que lo conocería. Y efectivamente, alguno hubo —gracias al gusto musical de sus padres, por supuesto—. Intenté que todos comprendieran la magnitud de su arte y aproveché para hablarles de nuestro famoso Lorca, más afamado, si cabe, gracias al cantautor.

Al final de la digresión, extraje el móvil de mi bolsillo y busqué una canción en YouTube, como la he buscado hoy para iniciar esta entrada. No elegí, sin embargo, el eco lorquiano de "Take this waltz". Elegí "Hallelujah", consciente de que la mayoría de alumnos conocerían la canción gracias a la versión de Rufus Wainwright incluida en la banda sonora de la película Shrek. Subí el volumen multimedia del teléfono, alcé al cielo la mano y les pedí a todos que guardasen conmigo un respetuoso minuto de música.