martes, 14 de agosto de 2012

Simple Minds


Noche apacible de verano en Cap Roig. Copa de blanco antes del concierto, pipí, y a las gradas, que es la hora. Acordes estridentes de entrada. Aplausos, gritos, silbidos: los Simple Minds, al escenario. ¿Has visto? ¡Salen caminando!, me hace notar mi amigo Javi, justo un par de horas antes de que expire su tercer cuadragésimo quinto aniversario —en un par de semanas advendrá también mi tercer cuadragésimo quinto aniversario; hemos decidido quedarnos en los 45, ¿qué pasa? Vale, lo inteligente hubiese sido quedarse en los 30, pero ya no hay remedio—. ¿Oyes? ¿Oyes cómo jalea la gente su entusiasmo porque salen caminando, sin las sillas de ruedas? Ataque de risa descontrolada y a disfrutar, que ya suenan las guitarras.

No sé si Jim Kerr y los suyos han decidido quedarse o no en una edad determinada. Lo cierto es que no les hace falta; su música les hace atemporales. Las gradas se vistieron de diversas generaciones; la mía, seguramente, la más nostálgica, puesto que, a pesar de esa atemporalidad, los acordes de Don't you (forget about me), Alive and kicking... nos devolvieron a la memoria pubs y locales cuyos nombres acaso hemos olvidado, pero cuyos suelos y paredes quedaron para siempre en nuestro interior encerrando la música de los Simple Minds.

lunes, 6 de agosto de 2012

Tsutomu Yamaguchi


Hoy hace sesenta y siete años, Tsutomu Yamaguchi se desplazó por negocios hasta Hiroshima. Se encontraba a 3 km del punto cero cuando la primera bomba atómica de la historia hizo explosión. Resultó herido con quemaduras de gravedad en todo su cuerpo. Tsutomu Yamaguchi regresó tres días después a su ciudad de residencia, Nagasaki, donde se expuso nuevamente a la radiación nuclear mientras trataba de dar con sus familiares. Hoy es la única víctima de dos explosiones nucleares reconocida oficialmente: un doble hibakusha.

Yamaguchi murió hace un par de años, con 93 de edad. Es la prueba fehaciente de que el destino o el azar, más que con ironía, obra con cinismo.

Sin embargo, más de 140.000 personas en Hiroshima y más de 80.000 en Nagasaki, que fueron, como Yamaguchi, víctimas de las explosiones, no fueron, como él, supervivientes.

6 y 9 de agosto: dos fechas que nunca nadie debiera olvidar porque la sinrazón de que es incomprensiblemente capaz el ser humano ha dado, desde entonces, demasiadas muestras de que ello no es así. El ser humano olvida o como mínimo obvia y así se suceden nuevas y distintas barbaries que poco importa al caso que ya no sean nucleares. Yo trato de no olvidar y quisiera pensar que no solo no olvido, sino que, además, he sido capaz de aprender algo. Supongo que, en buena medida, por todo ello estoy escribiendo los cuatro renglones de esta efeméride e insertando en su inicio este vídeo, impactante por su desnudez. Algo así como mi cuota de responsabilidad.

domingo, 5 de agosto de 2012

Sin adiós a M. M.

Hoy se cumplen cincuenta años desde que se fue para quedarse sempiternamente entre nosotros. Porque Marilyn Monroe perdurará siempre. Porque, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

Marilyn no nació un primero de junio de 1926 —ese fue el día en que nació Norma Jean Mortenson—, sino en 1946, cuando un ejecutivo de la Twentieth le propuso el celebérrimo nombre artístico. M. M., el dibujo de las líneas en las palmas de sus manos, como a ella le gustaba decir.

Hoy se cumplen cincuenta años de aquel 5 de agosto de 1962 en que se fue para quedarse conmigo: en mi estuche de gafas, en mi funda de móvil, en mi taza de desayuno, en el cuadro que pintó y me regaló Marina..., en las películas que nunca dejaré de ver. La tentación vive, ahora más que nunca, arriba; pero pasea entre nosotros.

"Live fast, die young, and leave a good-looking corpse". Vive deprisa, muere joven y deja un hermoso cadáver. No lo dijo James Dean, como suele ser la creencia mayoritaria, sino el personaje de Nick Romano en Llama a cualquier puerta; pero, sin duda, resume bien la vida de M. M. De modo que, por favor, que alguien retire de la circulación las fotos de Andrezej Dragan en que se recrea a una Marilyn de la tercera edad que nunca existirá. "Como sería hoy" dicen los pies de foto. Pero Marilyn Monroe es hoy como fue entonces.