jueves, 28 de noviembre de 2013

Horizonte



4 comentarios:

  1. Es curioso que existan tremendos conformistas que en su día fueron rebeldes y revolucionarios. Tal vez se impone esa idea tan natural de que el mundo es ansí, que no hay quien lo cambie, como me decía mi padre.

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    1. Pues va a ser que, efectivamente, es ansí. Sucede que somos parte del mundo, por lo que, en última instancia, acaba siendo el mundo mismo quien se cambia así a sí.

      Me recuerdo aún menor de edad, en el instituto, negándome a asimilar la idea que el profesor de lite intentaba inculcarnos, a través de la bonhomía noventayochesca, acerca de que al ánimo rebelde lo vence la edad y que las ideologías viajan siempre, en el trayecto vital de cada cual, de izquierda a derecha.

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  2. Sí, muy cierto El conformismo apaga toda inquietud y creatividad...

    Y tanto edificio, tanta contaminación, no es igual que estar en plena naturaleza, donde se siente uno libre y que forma parte de ella...

    Un beso muy grande.

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    1. Si me dan a elegir, pese a que el horizonte de mis ventanas es el viejo Mediterráneo, prefiero la limitación física que a la vista impone la gran ciudad, que la anímica que a la voluntad impone el conformismo.

      Un beso más grande.

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