martes, 17 de noviembre de 2009

LA INFAME FAMA.

Hay gentes a las que no quiero mirar —menos aún escuchar—, pero que, a menos que se lleve una vida eremita, resulta poco menos que imposible no ver u oír. Campan a todas horas impunemente en las ondas hercianas de los media radiotelevisivos, de modo que me parece más actual que nunca aquella máxima de François de la Rochefoucauld que advertía acerca de que El mundo recompensa más a menudo las apariencias de mérito que el mérito mismo.

Andy Warhol dijo hace años: En el futuro todo el mundo será famoso durante quince minutos. Todo el mundo debería tener derecho a quince minutos de gloria. No sé si todos tenemos derecho a la fama; me parece una pretensión aberrante, aunque Warhol entendía por fama la que se consigue estando en el sitio correcto o en el incorrecto, en el momento exacto o en la peor situación posible. Entendida así, puedo comulgar. De todas formas, lo malo de estas gentes que se encumbran porque se las encumbra, aunque sea sobre humo, es que, pese a que por definición habrían de ser de quita y pon, acaban siendo más de pon que de quita y sus quince minutos se alargan muchísimo más allá del cuarto de hora. Peor aún: del cuarto de año, de lustro, de década, incluso.

10 comentarios:

  1. Pues así somos...En realidad es fácil hacerse famoso, no requiere mucho estudio, ni demasiado esfuerzo; pero...casi mejor no serlo.

    Me han gustado tus citas, muy certeras.

    Muchos besos.

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  2. En ocasiones una, que es muy suya, prefiere seguir en el anonimato por aquello de que, después del cuarto de año como bien dices de fama... algún día te retirarán. Y entonces habrá, digo yo, que vivir de los recuerdos. Y eso nunca es bueno para la salud mental porque te pierdes la vida.

    Me gusta tu blog. Saludos cordiales.

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  3. Al menos uno es famoso en casa... aunque renieguen de uno...

    Un gusto leerte. Saludos.

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  4. Yo creo que la fama es mala. El tipo de fama que hay hoy en día sí. Y yo también estoy harta de verla a todas horas en todas partes, a ella y a la panda de moscardones que la envuelven.
    No sabes de qué manera me pongo cuando veo a mi padre/madre/hermano ver alguno de esos programas. Dios(es).
    :*!

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  5. Pues a la Belén Esteban, madre y estereotipo de mujer coraje, aún le quedan unos cuantos telediarios con los que deleitarnos. Una apasionada, gris y emocionante vida sentimental...

    Pan y circo para mentes cuyo interés primordial es la evasión de una vida que no les satisface, igual de gris, igual de emocionante. Consuelo que prolonga un estado nirvánico vegetativo que permite al propio tele vidente sentir que él también es alguien especial, y que algún día,¿ quién sabe? Quizás ellos consigan rozar la gloria, el éxito y el dinero fácil. Al fin y al cabo, no son tan diferentes del mito al cual admiran.

    Un besazo

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  6. Pues sí, a veces dan ganas de meter la cabeza bajo tierra.

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  7. estimado Contraluz:
    tú le estás dando unos minutos (u horas) más a este personaje que, por arquetípico, está ahora en tu blog y siempre en todas partes...
    Viéndola a ella y sus haceres hay muchas parecidas que piensan cuánto mejor les va en la vida.
    La soledad y la ignorancia producen demasiados monstruos.

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  8. SAKK, efectivamente, mejor no serlo. Sucede que, en época clásica, la Aurea mediocritas se entendía como ideal de virtud y de belleza, una dorada medianía con que se encumbraba el conformismo hedonista; hoy día, lo que rige es una dorada mediocridad, entendida ésta como de escaso mérito, tirando a malo malísimo. Y así nos va con este pésimo espejo de no príncipes.

    CHESANA, llevas toda la razón: no se puede vivir de recuerdos, aunque sí hay que saber vivir con ellos.

    SALVADOR, desde los tiempos bíblicos ya se sabe que nadie es profeta en su tierra. Al menos siempre nos quedan las cuatro paredes.

    MARINA, paciencia, que te pierdes. Me cuesta poco imaginarte conteniendo la posible diatriba.

    MYSELF, panem et circenses, bien dices. Y buen análisis, el tuyo.

    ESTEPA, me apunto a la táctica del avestruz (siempre y cuando no haya televisores bajo tierra).

    DANTE B., tienes razón: nos gusta salir triunfantes en las comparaciones con los demás y difícilmente sabemos reconocernos en las miserias ajenas si éstas se visten de esperpento. De todas formas, lo malo del asunto es que no se trata de arquetipos, sino, como bien apunta MySelf, de estereotipos, y consolidados que están. Y sí, entono el mea culpa por darles pábulo aquí.

    Salu2 a todos.

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  9. Lo malo es ese encumbramiento que las gentes hacen, y a esto solo se me ocurre aquello que decía Einstein sobre que no sabía si la inteligencia era in finita pero que la estupidez si lo era...
    Un besazo.
    Hannah

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  10. Infinita y peligrosa. Siempre recuerdo el genial ensayo de Carlo Maria Cipolla.

    Otro besazo para ti.

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