sábado, 30 de noviembre de 2013

Como el mar, la vida

Acantilados en Etrerat (Gustave Courbet), 1870.


Constantemente, la ola golpea sin sentido. Constantemente, el arrecife encaja sin sentido. Y, aunque parece que nada cambia en el proceso, paulatina, inexorable, constantemente, el arrecife se desgasta y la ola se deshace.

En eso consiste la vida: unas veces se es ola; otras, arrecife.

2 comentarios:

  1. Precioso... Y muy cierto...

    Un beso grande.

    Misterio azul

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  2. Y, en las pausas, también se puede ser beso.
    Voy a tus mejillas.

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