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domingo, 13 de noviembre de 2016

Adiós a Cohen



Supe del fallecimiento de Leonard Cohen al tiempo que del de Francisco Nieva: por la mañana temprano, antes de acudir al instituto a impartir la primera clase del día. Poco después, ya en el aula, entre mis alumnos, no pude evitar compartir con ellos la luctuosa noticia. Era consciente de que Nieva no sería para ellos más que el perfecto desconocido cuyo apellido, coincidente casi enteramente con el de una alumna, tal vez retengan sus compañeros durante largo tiempo o para siempre. A Leonard Cohen, sin embargo, alguno habría que lo conocería. Y efectivamente, alguno hubo —gracias al gusto musical de sus padres, por supuesto—. Intenté que todos comprendieran la magnitud de su arte y aproveché para hablarles de nuestro famoso Lorca, más afamado, si cabe, gracias al cantautor.

Al final de la digresión, extraje el móvil de mi bolsillo y busqué una canción en YouTube, como la he buscado hoy para iniciar esta entrada. No elegí, sin embargo, el eco lorquiano de "Take this waltz". Elegí "Hallelujah", consciente de que la mayoría de alumnos conocerían la canción gracias a la versión de Rufus Wainwright incluida en la banda sonora de la película Shrek. Subí el volumen multimedia del teléfono, alcé al cielo la mano y les pedí a todos que guardasen conmigo un respetuoso minuto de música.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Machado, in memóriam

Lo que tras el vídeo sigue fue escrito para mis alumnos en otro sitio. Lo traigo aquí ahora para, con ello, reparar el frío vacío que hace cuatro días provoqué justo en este rincón hiperespacial al no acudir a recordar a quien fuese mi primer poeta predilecto.

Entre los recuerdos vividos en mi escolarización primaria, uno de los que guardo más vívidos es el de formar fila en el patio antes de entrar al aulario, mientras por los altavoces oíamos a Machado cantado por Serrat.

Sin duda, llego cuatro días tarde aquí; pero mi conmemoración de Machado viaja siempre conmigo.



«Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar:
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..." ».

He aquí tres versos de Serrat, tan íntimamente ligados, en Cantares, a otros dos versos proverbiales de Antonio Machado, que diríanse todos propiamente machadianos.

He aquí cuatro versos de Serrat, tan íntimamente ligados, en Cantares, a otros versos proverbiales de Antonio Machado, que diríanse machadianos.

Este reciente 22 de febrero se conmemoraba el septuagésimo quinto aniversario del fallecimiento de este gran, enorme, poeta español. Son setenta y cinco años que han pasado y se nos han quedado, pese a que él nunca persiguió la gloria ni dejar en la memoria de los hombres su canción. Son setenta y cinco años que han pasado y se nos han quedado, acaso porque sí. Y acaso, llanamente, porque resulta ser cierto que todo pasa y todo queda, en especial donde los bosques se visten de espino.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Cae mierda sobre el Rey



En serio..., ¿todavía hay a quien no le convence la república?

jueves, 21 de noviembre de 2013

Escuchando a Rachmaninoff

La música hace al ser humano ser humano.
(Tautología o dilogía, pero cierto).

martes, 15 de octubre de 2013

Ticcionario ciudadano

L'entrevista del diumenge que el canal 3/24 emitió anteayer tuvo como protagonista al portavoz parlamentario de C's, Jordi Cañas. Durante la misma, el Sr. Cañas, refiriéndose al PSC, afirmó: "A veces se lo digo cariñosamente: tienen que leerse las acepciones de las palabras. O sea, cuando uno es federalista no puede pedir el derecho de autodeterminación" (sic).

No es la primera vez que el Sr. Cañas o su líder, el Sr. Rivera, andan por ahí recomendando a los demás, con excesiva alegría, eso de que se miren el diccionario. De tal forma, que no acierto a saber si la tal recomendación es una argucia efectiva en la búsqueda ganancial de votos para el partido o, llanamente, un ramalazo, aunque no propiamente de locura, antes bien de vana soberbia. Aunque vaya usted a saber si, después de todo, acaso no es sino una simple muletilla, esto es, un tic lingüístico.

Pero, en fin, no sea dicho... Acudamos al lexicón, pues, a fin de cuentas, es sano ejercicio mental. Entrada "federalista" en el DRAE, primera acepción —como cabe esperar—: 'Partidario del federalismo'. Entremos, pues, a través de "federalismo" y atendamos a sus diversas acepciones... ¡Ah, no! ¡Un momento! La voz "federalismo" es monosémica y solo significa "Espíritu o sistema de confederación entre corporaciones o Estados". Vayamos, entonces, con determinación, a la entrada "autodeterminación"; no sea que el problema semántico pescado con Cañas se encuentre en esta palabra. Dos son las acepciones que nos ofrece el DRAE:
  1. 'Decisión de los ciudadanos de un territorio determinado sobre su futuro estatuto político'.
  2. 'Capacidad de una persona para decidir por sí misma algo'.

Esta segunda acepción es la que me permite a mí, por ejemplo, decidir que no voy a votar a C's. En cuanto a la primera acepción, es la que da cuenta de que yo decida, en la pequeña medida proporcional que me corresponde democráticamente, qué futuro estatuto político quiero para "un territorio determinado", el cual, en el caso que nos ocupa, dícese Catalunya. Y ello incluso teniendo en cuenta que soy federalista —aunque, ciertamente, no socialista—.

Llegado a este punto, siento cierta desazón, pues sigo sin ni siquiera vislumbrar la tan obvia  según Cañas contradicción en que incurre todo federalista pro autodeterminación. De modo que hago un último intento por aclararme y me cuelo de nuevo en el DRAE; esta vez, a través de la entrada "estatuto", no sea que se halle en ella el intríngulis conceptual. Este sustantivo posee cuatro acepciones distintas y sospecho que la estrechez de miras y de criterio del portavoz de Ciutadans ha escogido como única válida la tercera: 'Ley especial básica para el régimen autónomo de una región, dictada por el Estado de que forma parte'. De ser así, el intríngulis 'dificultad o complicación' sería más bien el intríngulis 'intención solapada o razón oculta que se entrevé o supone en una persona —el Sr. Cañas— o en su acción. Porque esta acepción tercera de "estatuto" da cuenta de la realidad tal como la entiende la actual legislación española; sin embargo, en una cuarta acepción, como tecnicismo del ámbito lingüístico del derecho, "estatuto" es el 'régimen jurídico al cual están sometidas las personas o las cosas, en relación con la nacionalidad o el territorio'. Y es precisamente ese régimen jurídico el que los federalistas queremos variar de la forma menos imperfecta que las sociedades han sido capaces de idear: a través del voto democrático. La autodeterminación de los pueblos es un derecho consensuado internacionalmente, por lo que cualquier pueblo puede libremente aspirar a decidir su futuro como Estado autonómico, independiente o federal.

Reconozco que me sentiré decepcionado si la consulta se reduce, como pretenden muchos, a una simple disyuntiva de independencia sí o no. Espero que me permitan optar por una realidad federal, que acaso no sea mayoritaria, pero que está mucho mejor  perfilada que esa amorfa suma de "unión y singularidad" con que C's intenta jugar al despiste de la indefinición ideológica. Una indefinición, por otro lado, a la que siempre ha jugado este partido desde que dijeron venir a ocupar el centro izquierda, pero acabaron pactando con la coalición ultraderechista Libertas. Lógico, si consideramos que Albert Rivera venía de las Nuevas Generaciones del PP.

lunes, 24 de junio de 2013

Leer es un placer



Que «Fumar es un placer genial, sensual» es una verdad o una mentira que la sensual voz de cupletista de Sara Montiel modulaba sugerentemente al poner letra a lo que la sola visión de la manchega universal ya mostraba manifiestamente al telespectador absorto.


Hace ya casi un año que yo dejé de fumar. No obstante, por fortuna, en la vida existen otros muchos placeres con los que exorcizar la inercia existencial y entorpecer el tedio vital. Algunos lo son menores; otros, mayores; y los hay que trascienden y llegan a compartir categoría con las mismísimas razones del vivir. Este es, sin duda, el caso de la lectura.

Saritísima podría haber preferido esperar al hombre que ella quería, leyendo en vez de fumando, dado que «Leer es un placer genial, sensual». Y tal vez lo hubiese hecho de haber tenido conocimiento de un experimento que Claytton Cubitt llevó a cabo hace ahora ya casi un año, justo por la época en que yo dejaba de fumar. La intención de este fotógrafo estadounidense era la de explorar los límites del dominio de la mente eterna, anímica, esencial sobre el cuerpo nuestro caduco y transitorio vehículo—. En esencia, el experimento consistía en proporcionar algunos títulos de literatura erótica o sensual para que algunas mujeres los leyesen ante una cámara que las filmaba mientras cierto artificio, a escondidas, les iba estimulando ininterrumpidamente la zona genital hasta alcanzar el clímax orgásmico.

Es innegable que, cuando una persona se sabe observado, y, en especial, se sabe tema de una imagen, ya sea esta pictórica, fotográfica o fílmica, somete su cuerpo, al dominio de la mente. Incluso cuando no hay variación sustancial en postura o gestos, el sometimiento ha sido llevado a cabo de forma efectiva, pues la mente ha dado a ello su conformidad.

Así pues, ¿hasta qué punto una mujer leyendo ante una cámara es capaz de intentar disimular un placer intenso? ¿O hasta qué punto es capaz de convertirlo en una pose?

Para muestra, un botón —dice el saber paremiológico—. El que aquí a continuación se basta es el experimento protagonizado por Stoya, una reputada actriz porno, quien lee las Variaciones necrófilas. Y, por si gustan ustedes comparar el resultado obtenido con Stoya con el obtenido con mujeres que no son profesionales del sexo, en la red pueden encontrarse como mínimo un total de tres vídeos más.


jueves, 31 de mayo de 2012

Sobre la cristofagia, ¡que es la hostia!

Faustino Cordón Bonet defendió la idea de que el ser humano poco menos que conquistó la civilización gracias a los fogones. La expresión es mía, y se trata de una sinécdoque, claro; pero, sin duda, Cocinar hizo al hombre.

Y total, ¿para qué?, me pregunto. ¿Para que un puñado de tomasmoristas del carajo sientan ahora la necesidad de denunciar al señor Krahe por encender el horno? Cierto es que el plato que el cantante preparaba hacia finales de los 70 no suele incluirse en los menús al uso de los restoranes; pero, después de todo, lo de comerse a Jesucristo, ya llevamos haciéndolo un par de milenios, año arriba, año abajo mediante las hostias. Habremos de concluir, pues, que la ofensa no se encuentra en la ingestión, sino en el horneado. Sin embargo, no puedo evitar que acuda a mi mente una analogía: ¿no ha sufrido también una suerte de cocción entre hostiarios esa oblea consagrada con que recibimos en nosotros —a través de ingestión, repito— a Jesucristo? En ese sentido, Dios es pan —ázimo— y no harina.

En ese sentido; porque, en otro, Dios lo es todo. Es decir, lo mismo es Padre, que Hijo, que Espíritu Santo..., que un plátano a los postres o unos canelones gratinados, los cuales, por cierto, a nadie ofenden, pese a que se someten a una temperatura semejante a la que las monjas conventuales someten sus aún no consagradas obleas.

Tan absurdo como que un creyente denuncie a alguien por cocinar a Jesús, me parecerá que un día alguien denuncie a los creyentes por práctica caníbal en la ingesta de Jesús.

¡Jesús, qué país este! ¡Dejémonos ya de hostias, que no están los tiempos para tantas!

En fin, por si alguien todavía no lo ha visto, aquí dejo el vídeo de la polémica, el cual, por cierto, fue censurado en su momento. Parece ser que, de la Transición a la plena democracia, las cosas no han variado tanto.


NOTA: Pese a que muchos comentaristas destacan del libro de Faustino Cordón la idea de que cocinar permitió que el hombre pasase de ser autótrofo a ser heterótrofo, sensu stricto y diccionario en mano, no acaba de ser cierto. Sin embargo, de ser mineral el crucifijo de Krahe, con esta receta para dos, el hombre alcanzaría por fin el rango de autótrofo.

jueves, 22 de marzo de 2012

Desencantado proselitismo reivindicativo


En estos días que preceden a la huelga general convocada para el 29-M, son muchas las conversaciones en las que acabo hablando del tema con amigos y conocidos, muchos los comentarios de otras tantas conversaciones ajenas que, desgajados y al azar, llegan a mis oídos en el bar, en la tienda, en la calle... No he computado estadística alguna; pero, grosso modo, mucho me temo que la huelga acabará siendo cualquier cosa menos general. Y me duele, ciertamente. Me duele porque mi sentimiento, que es proletario, forjado en el solidario fuego de la unión hace la fuerza, desfallece —agoniza, diría—. Y me duele porque mi entendimiento no acierta a comprender una aparente contradicción. A saber, estas conversaciones y estos comentarios acaban reduciéndose a un común denominador: son solo quejas. Que si "No hay derecho", que si "Menuda injusticia", que si "Adónde iremos a parar"..., que si patatín que si patatán, porque a la hora de la verdad somos los menos quienes acabamos admitiendo que iremos a la huelga.

No sé si es significativo —aunque, a mi entender, lo resulta— el hecho de que todo aquel que reconoce que no ejercerá su inalienable derecho a huelga, a renglón seguido, siente la perentoria necesidad de justificar su decisión. Supongo que, después de todo, la contradicción no solo la detecto yo sino también quien intenta justificarse, ya que, en realidad, la contradicción no es aparente sino cierta.

A mí, casi todos los argumentos que oigo me suenan más a excusa barata que a justificación razonada: unos alegan no poder prescindir del sueldo de un día; otros, que la huelga no va a solucionar nada; estos, que temen posibles represalias del empresario; aquellos, que si la huelga fuese indefinida, sí que se sumarían a ella... Respeto todas y cada una de las opiniones expresadas, sobre todo atendiendo a que cada cual conoce mejor que nadie su propia situación económica y laboral; pero —repito— mucho me temo que no hacen sino excusarse ante mí, ante el otro, y con ello, autoengañarse.

Intentaré explicarme, no sin antes advertir que no quisiera, pues no lo pretendo, que alguien se ofendiese por lo que a continuación escribiré. Empezaré por exponer el más absurdo de cuantos razonamientos he oído. Se trata del de dos buenas amigas muy queridas por mí, ambas administrativas en sendas gestorías, quienes me dijeron que no podían sumarse a la huelga porque, en estas fechas y con no sé qué papeleos relativos a no sé qué impuestos y pagos, estaban, en sus empresas, hasta arriba de faena (sic). Perdón, pero no hemos entendido nada tras siglo y medio de huelgas; se nos ha olvidado que es una medida de presión, la mejor y casi única de que disponemos los trabajadores, destinada a recordar que no conviene abusar de nosotros porque, no solo somos necesitados, también somos necesarios. En fin, la próxima huelga a ver si acertamos a convocarla para un domingo y así, al menos, aquellos que opinan que la huelga no va a servir para nada tendrán más razón que un santo.

En cualquier caso, esta va a ser un jueves laboral, por lo que no acierto a comprender que se anticipe su esterilidad. Quizás peque yo de espíritu dialéctico; pero, de la afirmación de que la huelga no va a servir de nada, ¿no se infiere perversamente que no hacerla sí ha de servir de algo? Me entra la risa floja al recordar, por semejante falacia lógica, el apotegma de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie». Y entre todos lo vamos a permitir a fuerza de no hacer nada. A mí, que me perdonen; pero no hacer nada sí que no servirá de nada.

Una variante sibilina de este razonamiento es la que muestra quien dice que a lo que sí se apuntaría es a una huelga más dilatada —incluso indefinida, llegan a proponer los más osados entre osados—. Lo cierto es que congrego con ellos; aunque, francamente, desconfío del grado sinceridad con que lo pregonan; me suena a argucia, a sofisma barato; en definitiva, a excusa. Y, en cualquier caso, si la huelga de un día resulta un fracaso, no habrá habido demostración de fuerza, por lo que ¿cuándo van a atreverse los sindicatos a proponer una huelga más radical que suponga —entonces sí— un verdadero sacrificio para el trabajador?

Efectivamente, renunciar de forma indefinida al sueldo con que comprar el pan y pagar la luz sería un enorme y heroico sacrificio; pero renunciar al de un día, ¿lo es de verdad? Quien más y quien menos ya hemos renunciado, no a uno, sino a varios días de sueldo. Nos han obligado a ello, porque, a quien más y a quien menos nos han bajado el sueldo —a algunos, reiteradamente—. Ciertamente, debe de haber familias que viven situaciones límite; pero, en la mayoría de casos, renunciar al sueldo de un día es simplemente una cuestión de prioridades. Prioridades mal entendidas, es decir, más excusas.

Pienso, finalmente, en quienes temen posibles represalias por parte del jefe, en algunos casos seguramente de forma justificada; en los más, nueva excusa. Y, de todas formas, con nuestro miedo, ¿no olvidamos acaso que el empresario también teme? Teme a la huelga, pues si todos dejamos de trabajar, la empresa no funciona y eso son pérdidas. Sin duda lo que les falla a los que arguyen este patatín es la solidaridad, un valor humilde muy a la baja en estos malos tiempos que corren. Y les falla por duplicado: primero piensan que no todos sus compañeros harán huelga; luego, se apresuran a ser ellos quienes no se suman a la huelga, preventivamente.

En fin, cierro, que ya son demasiados los renglones. Y lo hago con el desolador presentimiento de que la huelga será un fracaso participativo y con el amargo convencimiento de que, el mismo 29-M, Rajoy escupirá por los micrófonos mediáticos, cínica aunque justificadamente, que el fracaso de la huelga demuestra que las decisiones del Gobierno cuentan con el respaldo mayoritario de una sociedad que no ha mostrado su disconformidad con ellas. En política, siempre me he resistido a decir que tenemos lo que nos merecemos; pero, lamentablemente, ya me voy convenciendo de que es así.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Día Mundial de la Poesía

Durante la trigésima reunión de la UNESCO, celebrada en París en 1999, se adoptó la decisión de proclamar el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía. Sin duda, la elección de la fecha no es aleatoria ni gratuita, ya que, astronómicamente, el equinoccio que da inicio a la primavera se sitúa entre el 20 y el 21 de marzo. La naturaleza, a través de su indisimulada exuberancia, dicta que este es su mes; y el inconsciente humano, a menudo tan sabio, dicta que esta es la estación del amor. Si tenemos en cuenta que el amor es, por antonomasia, el sentimiento humano y que, en literatura, es el género lírico el que le sirve de vehículo expresivo, a poco, por ese camino, llegamos a la poesía.

En los sitios de la 2.0 que comparto con mis alumnos de ESO y bachillerato hemos compartido y seguiremos compartiendo gustos y experiencias poéticas bajo el lema Bécquer escribió: «Poesía eres tú». Ven aquí, pues. En este otro rincón de la web, más personal y sin vocación docente, quisiera traer para el cibernauta que acierte a pasar por aquí, el poema de José Agustín Goytisolo El oficio del poeta:
Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.
Y una secuencia cinematográfica, también sobre el oficio de poeta, extraída de El lado oscuro del corazón, filme de Eliseo Subiela.

miércoles, 14 de marzo de 2012

La unión hace la fuerza

29- M
HUELGA GENERAL


LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Seamos nosotros quienes manejemos las tijeras contra la gaviota pepera.

martes, 18 de mayo de 2010

NI MACROPSIA NI MICROPSIA

Por desgracia, nada tiene que ver esta agónica metáfora con el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas. (Gracias, Boni, por pasármelo).

domingo, 16 de mayo de 2010

FUNCIONARIOS FUNCIONANDO

Bastante colabora quien no entorpece, dice el adagio. Y para no entorpecer, qué mejor que quitarse de en medio (¡qué literalidad la del vídeo!).

Yo me he sentido siempre, además de funcionario, funcional —lo digo relativo a la funcionalidad, no al funcionalismo; aunque también, sin embargo eso es harina de otro costal—. Acaso es por ello que un vídeo como el que aquí cuelgo me mueve a risa, pero no hace que me reconozca en su hipérbole paródica. En fin, ¿quién sabe?, ahora que el Estado parece que nos robará un 5% del sueldo... ¡Le entran a uno unas ganas de emular las proezas que muestran estas imágenes!

domingo, 2 de mayo de 2010

HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA

Serrat, en el Auditori de Girona (no pude reprimirme el llevarme este recuerdo)
En 1972, yo tenía apenas siete años, vestía bata escolar y formaba en línea recta en el patio escolar a la espera de subir con marcial orden al aula.

Ese mismo año de 1972, el corpus poético de Miguel Hernández, bajo yugo franquista, apenas si alcanzaba las 200 páginas, merced a alguna que otra antología suelta y  a la edición de El rayo que no cesa, en la colección austral de Espasa. Aun así, bajo mano y en las trastiendas de ciertas librerías, no resultaba imposible conseguir las ediciones argentinas de Losada, las cuales elevaban el número completo de páginas a aproximadamente el millar.

Veinte años después, en 1992, yo había cumplido ya veintisiete años, estaba doctorando y la publicación de las Obras completas del poeta puso a mi disposición y a la de cualquiera no menos de 2.500 páginas.

Con todo, Miguel Hernández no había venido a mí, como sí hiciesen luego otros poetas; a Miguel Hernández me lo trajo tempranamente Joan Manuel Serrat aquel lejano año de 1972. Mis recuerdos de educación primaria, de aquella pretérita y malograda EGB, están indisolublemente ligados a los temas que, del autor de Orihuela (también del que fuese a morir a Collioure), versionó el cantautor catalán. Seguramente mi desmemoria procura a los hechos una falaz continuidad, pero tengo la sensación de haber ido creciendo, de haberme deshecho de la bata escolar y haber cambiado la piel infantil por la adolescente al tiempo que aquellos musicados versos calaban hondo en mí, sin ser yo enteramente consciente. En el patio del colegio nacional, a fuerza de recreos y altavoces, aprendí mis primeros versos de memoria sin saber siquiera que lo eran. Luego, durante el resto de mis días, se han aletargado y despertado en un juego parecido al de los ojos del Guadiana. Y en numerosas ocasiones han sido mi sonora madalena proustiana.

Treinta y ocho años después de editar aquel elepé, en este hernandiano 2010, Serrat ha publicado su Hijo de la luz y de la sombra. Demasiados años median para tildarlo de simple continuación —aunque, en cierta medida sí lo sea—; antes bien, se trata de una culminación, como lo fuesen en el 92, las Obras completas.

El pasado miércoles, mientras el país entero anhelaba ante las pantallas de los televisores la victoria o la derrota de mi amado Barça, yo fui al Auditori de Girona en busca del tiempo perdido.

Y lo encontré.


viernes, 26 de marzo de 2010

L' AMIC D' ELS AMICS DE LES ARTS

Foto de móvil; perdón por la mala calidad.
(Yo no tengo arreglo y Joan Enric es más guapo aún de lo que aparece aquí).

Joan Enric, colega de insti en estas cada vez más difíciles lides de la docencia, es, además, estrella del rock —concretamente, a lo que parece por lo poco que yo sé de taxonomía musical, del pop folk con algo de electrónica—. Junto a Eduard, Ferran y Dani, conforma Els Amics de les Arts.

El domingo tuve el placentero acierto de asistir a un concierto del grupo en el Teatro Casino de Vidreras. Sus melodías son sencillas y pegadizas —y si no, que le pregunten a mi mente, donde se instalaron durante toda la mañanita del lunes siguiente «Jean Luc», el bueno de Godard, la táctica culé del 4-3-3 y el hombre que trabaja haciendo de perro—. Sus letras hablan de una cotidianeidad que es a veces alegre, a veces triste; pero siempre tratando de resaltar, a través del prisma de lo absurdo, el lado humorístico, irónico, amablemente irreverente con que,  también y tan bien, pueden entenderse todas nuestras experiencias y relaciones humanas consuetudinarias. Además, el concierto es más que un concierto: cada una de las canciones es introducida por una suerte de monólogo, cuyo elaborado guion provoca la hilaridad del público asistente. En ocasiones, incluso, la improvisación de Joan Enric y los suyos atenta contra la integridad del guion y son ellos mismos los que no pueden por menos que reír tanto o más como los que hemos pasado por taquilla. Sin duda, toda una envidiable demostración de vis cómica, tan inteligente y elaborada como espontánea.

Joan, a poco, verás que el alumno aquel llevaba más razón que un santo al decirte: «Profe, ¿qué carajo haces tú aquí? Eres famoso y la gente paga para oírte; aquí, en cambio, nadie te escucha.»

Has de volar, sin duda —y el sentido de obligación de la perífrasis no lo pongo yo, sino el sentido común y la calidad de vuestro arte—. Es una predicción fácil.



NOTA: El vídeo —elegido por Joan— pertenece al último álbum de Els Amics de les Arts. Se trata del cuarto en su discografía, pero es el primero en un formato físico. Los tres anteriores —uno y dos maquetas, en realidad— podéis descargarlos gratuitamente en su página de WordPress, a la cual os dejo un enlace aquí. ¡Ah!, y no olvidéis votar por ellos en el premio al Disc Català de l´Any.

domingo, 31 de enero de 2010

EL SENTIDO DE LA VIDA

...¿?..
Resulta ocioso buscarle un sentido a la vida; es la vida la que ha de dar sentido a todo.


jueves, 31 de diciembre de 2009

¡FELIZ 2010!


Nada tienen que ver los doce granos de uva con la suerte que seguro que todos tendremos en el año entrante, pero aun así cumplimos gozosos con la tradición —la cual, esta noche, por cierto, se nos hace centenaria—.

Sin duda que nada tienen que ver tampoco con la suerte venidera las pasas lusas, las sobras germanas o las lentejas itálicas. Y ni que decir tiene que, en el giro de nuestras particulares ruedas de la fortuna, nada influyen, asimismo, las piezas de lencería y los gayumbos rojos con que guardar del frío y proteger de la bragueta a nuestras partes pudendas o naturales.

Esta noche, sobre nuestras cabezas, en el último cielo del año, lucirá una hermosa y albugínea luna azul. Carente de significado astrológico especial, a buen seguro que nada tendrá que ver tampoco con una suerte futura; sin embargo, dispondré de unos momentos para ella. No sé si antes o después de las uvas, pero seguro que con los gayumbos colorados puestos.

Os deseo un feliz y enriquecedor año 2010.

De corazón.


miércoles, 9 de septiembre de 2009

OH, DIO!

Cuando hace ya varias temporadas daba inicio en las noches de C33 el programa Nit d'Arts, su cabecera musical era siempre, invariablemente, el Intermezzo de Cavalleria Rusticana.
Hasta entonces, esta hermosa pieza de Pietro Mascagni siempre me había evocado el final de la tercera entrega de la saga cinematográfica de El Padrino. Sofia Coppola, ante las cámaras pierde toda la calidad que tras ellas atesora; pero su muerte, en manos de Al Pacino, vale para que el espectador asista sin habla al trágico desenlace. Como si el silencioso grito del actor nos contagiase su callado estruendo.
Ahora, la nostalgia de un buen programa de TV me puede, y junto a la operística escalera mafiosa, el Intermezzo trae a mí también a Gorgori y Alier —con quien tuve el placer de coincidir en el Liceu durante una representación de La petita flauta màgica—.


Sin duda, un grandísimo final de película. Espero que lo hayáis disfrutado.