viernes, 26 de febrero de 2010

SÓLO LOS MÁS TONTOS FUMAMOS.

Leo en una noticia, difundida anteayer desde Nueva York por Reuters, que los individuos con un menor cociente intelectual son más propensos a fumar [...], según afirman las conclusiones de un estudio elaborado por el Centro Médico Sheba en Tel Hashomer (Israel) entre más de 20.000 soldados israelíes. Aunque el informe se apresura a puntualizar que fumar no hace que la inteligencia de las personas se reduzca, uno tiende enseguida a incluirse entre el género estulto.

Por supuesto, no voy a hacer proselitismo acerca de tan necio vicio; es más, ni siquiera preciso de leer semejantes noticias y estudios para ser consciente de que no haber dejado aún de fumar es una tontería y de las gordas. Sucede que uno empieza a estar más que harto de que le calienten las orejas en torno a lo de marras, abierta o sutilmente y desde tantos frentes.

Y digo yo: ¿por qué estas buenas gentes del Sheba en Tel Hashomer han elegido como conejillos de Indias a soldados israelíes? En fin, lo de israelíes, por proximidad geográfica, naturalmente; pero ¿soldados? ¿Acaso sea porque su espartana uniformidad se hace extensiva también al cociente intelectual? No creo; ello restringiría el margen de error en el estudio. No obstante, los números cantan: resulta que el cociente intelectual de los no fumadores fue de 101, mientras que el de los hombres que comenzaron a fumar antes de entrar en el ejército se quedó en 94.

No sé a ustedes; pero, a mí, lo que de verdad me preocupa del estudio es que todos aquellos, fumadores y no fumadores, a quienes dan fusiles en una de las zonas más conflictivas del planeta presenten una media tan mediocre¹ en su cociente intelectual.



¹ Mediocre significa 'de calidad media': la clasificación 'normal brillante' se da, en ascenso, a partir de un IQ de 110 y la de 'normal lento', en descenso, a partir de 90 (nada que objetar, pues). Lo malo es que 'mediocre' también significa 'de poco mérito, tirando a malo' (preocupante, ¿no?).

IMAGEN: 'Siente' © , por Enetenetu.

jueves, 18 de febrero de 2010

CHINCHETAS ORALES

Quien más y quien menos puede tener un tic; ahora bien, sucede que eso que pudiese no ser un problema mayúsculo, hoy día se nos ha convertido a todos en uno en mayúsculas: todos tenemos TIC, esto es, [nuevas] tecnologías de la información y la comunicación.

Vivimos, dicen —y yo me lo creo—, en la era de las nuevas tecnologías y, de ello, se deriva una consecuencia inmediata: la cultura de la imagen en la que veníamos instalándonos desde hace ya un tiempo, se ha, definitivamente, consolidado. Pocos debemos de ser ya quienes no congreguemos a pie juntillo con la axiomática ponderación de que "una imagen vale más que mil palabras".

Cierto es que la imagen, por su incontrovertible capacidad plástica, capta antes nuestra atención. No hay más que atendender al saber paremiológico para recordar que, si prentendemos conocer las cosas como son, para sacarles provecho o para evitar las que pueden causarnos perjuicio, no hay otra que abrir bien los ojos; si queremos desengañar a alguien en cosas que le puedan importar o descubrirle algo de que estaba ajeno, lo que toca es abrirle los ojos; nuestro interés por personas o cosas presenta una gradación ascendente de tal manera que, tras echar un ojo (o un vistazo), enseguida le echamos el ojo, le clavamos los ojos y, finalmente, nos lo comemos con los ojos. Todo nos entra por los ojos y, por eso, cuando nuestro concepto o estimación de alguien varía, es que lo hemos mirado con otros ojos. Y por eso también, cuando algo no entendemos, por muy abstracta que sea la realidad, es que vamos a ciegas.

Reconozco que, al principio, no he hecho sino exagerar al establecer como una problemática las TIC. Sin duda, lo que se esconde tras estas siglas tiene sus bondades, pues, pese a que potencian extremamente la cultura de la imagen, en absoluto se reducen de forma exclusiva a ella. Por ejemplo, la Wikilengua del español está dispuesta a rizar el rizo con su atractivo y ambicioso proyecto de crear lo que han dado en denominar Atlas oral, con el cual pretenden que los hispanohablantes construyamos con nuestras aportaciones un registro de las diferentes hablas del castellano, con atención especial al habla popular. ¡Hay que ver, si don Ramón Menéndez Pidal levantase la cabeza, cómo habría de censurarme la perorata introductoria de esta entrada! El primer mapa lingüístico de España se halla en la enciclopedia Espasa (1923, vol. 21, págs. 416-417). Sin duda, el texto sobre las lenguas que lo acompaña fue redactado por el ilustre filólogo, aunque parece desatino pensar que el diseño del desafortunado mapa, como señala Jesús Burgueño, pueda serle atribuido.

Les animo, pues, a todos ustedes —al tiempo que me animo yo mismo— a contribuir a la génesis de este atlas aún en cierne. Google Earth o Flickr, por ejemplo, llenan sus mapamundis de variadísimas imágenes, las cuales penden de chinchetas virtuales. Ahora a esas chinchetas, de visual, sólo les quedará su diseño: serán, en esencia, sonoras; concretamente, orales. No importa si ustedes sesean o cecean; si vosean, tutean o ustean; si son yeístas... o si, cuando hablan de 'polla', se refieren a una carrera de caballos, a una gallina nueva, a una mujer joven, a una chuleta para el examen, a la lotería nacional, a cierto combinado lácteo, a un esputo o a su miembro viril. Mejor dicho, sí importa. Es lo que, en definitiva, importa más.

domingo, 14 de febrero de 2010

LA PALABRA MÁS ROMÁNTICA

Según informa Reuters, un sondeo realizado por Today Translations en el que se interrogó a unos 320 lingüistas dicta que la palabra más romántica del mundo es la voz francesa 'amour'. Curiosamente, en este mismo sondeo se concluye que el idioma más romántico no es el de nuestros vecinos norteños sino el italiano —'amore' ha habido de conformarse con la medalla de plata—. Por otro lado, el idioma en el que la expresión 'te amo' suena menos romántico ha resultado ser el japonés ('watakushi-wa anata-wo ai shimasu').

En fin, vayamos por partes. El resultado no me sorprende, pero entiendo que la base ponderativa en la que se sustenta no es de orden lingüístico, sino social. Aunque por lo visto a partir de ahora ya no, el francés ha sido siempre, por antonomasia, el idioma del amor, como París ha sido siempre su capital. O Venecia —¡qué distinta sin ti!—; de ahí la pugna entre 'amour' y 'amore'. Lo latino siempre conlleva un plus pasional; resulta casi un oxímoron la imposible expresión 'anglosajón ardiente', no en vano, por esas latitudes más frías, a un buen morreo lo llaman 'french kiss'. ¡Y, sin embargo, cuán fácilmente nos han endosado su Valentine’s Day!

Por otro lado, me cuesta imaginar a Sakura (ella) e Hiroto (él) el día de Tanabata, con la vía láctea por testigo, prefiriendo declararse amor eterno con un 'je t'aime' o con un 'ti amo' en vez de con un 'watakushi-wa anata-wo ai shimasu'. No lo imagino como no me imagino yo susurrando un ‘I love you’. A Montse, li dic a cau d’orella ‘t’estimo’. Salvo que la quiera mover a risa, claro.

Ya me gustaría saber quiénes son esos más de 300 lingüistas responsables de tamaña soplapollez.

Si hay una palabra que sea suma y compendio del romanticismo, esta no es otra que ‘yo’, cuya deixis apunta directamente al individuo, a su libertad, su rebeldía, su imaginación y fantasía, su imperfección, su subjetivismo y su sentimiento. Y es merced a esta inclinación romántica al sentimiento antes que a la razón que hoy día identificamos unívocamente, de forma un tanto simplista, nuestro comportamiento romántico con el hecho de estar enamorado.

Como quier que el amor supone un inevitable desapego del yo a favor del tú, acaso debiese ser este pronombre personal de segunda persona, singular, la palabra más romántica, al menos en el día de los enamorados. Más aún, voto por el paradigma completo: tú, te, ti, contigo.

Feliz día —aunque yo me reservo de forma especial para Sant Jordi—.

jueves, 11 de febrero de 2010

VERDAD MENTIROSA



La forma
más perversa
de mentir
es
no decir
toda la verd...




Ilustración de Pep Tur.

jueves, 4 de febrero de 2010

MICRORRELATO: El consentido

Durante toda su vida, sus padres lo consintieron tanto que hicieron de él un hombre consentido.

Y, claro, su mujer le fue infiel.

domingo, 31 de enero de 2010

EL SENTIDO DE LA VIDA

...¿?..
Resulta ocioso buscarle un sentido a la vida; es la vida la que ha de dar sentido a todo.


viernes, 22 de enero de 2010

SERGIO.

Sergio Beser murió ayer a los 75 años de edad. Sus setenta y ocho kilos de mala leche pelirroja, como equivocada pero cariñosamente los calificase Vázquez Montalbán, descansan eternamente en 'Los Mares del Sur' tanto como en Sant Cugat, Morella o Bellaterra.

A Sergio... (resulta paradójico que sea justo ahora, que ya no está, cuando no me cueste llamarlo por su nombre de pila). A Sergio, tuve el privilegio de conocerlo durante mis años de estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAB. Desde que acudí a aquella primera de sus magistrales clases sobre literatura decimonónica, en segundo ciclo universitario, siempre que pude procuré matricularme en cualquiera de sus materias.

Con Sergio aprendí cuanto se pueda aprender de Clarín, Galdós, Pardo Bazán, Tolstoi, Gogol... Nadie ha superado todavía hoy, por ejemplo, sus lúcidas y exactas conclusiones acerca de la crítica literaria de Leopoldo Alas, descubiertas tempranamente en la redacción de su tesis doctoral y publicadas por Gredos en 1968.

Mis dos años de doctorado fueron absorbidos por un proyecto de edición de 'El Quijote' para el Instituto Cervantes, dirigido por Francisco Rico; cosas de la efervescencia del quingentésimo aniversario del descubrimiento de América y de su cercanía con el cuadringentésimo de la publicación de la novela cervantina. Aun así, procuré completar mi currículo académico cursando los créditos que impartía Sergio. Con él ahondé entonces en el espíritu romántico de las letras de Espronceda, Ros de Olano, Hartzenbusch, Campoamor, el duque de Rivas... Y pude constatar, a través de las letras de hombres como Domènec Badia, (a) Ali Bey, la imagen y experiencia del magreb marroquí en la España decimonónica.

Pero, por encima del Beser profesor, del Beser catedrático, del Beser sabio (de tanto en tanto la tierra produce un sabio, escribía también de él Vázquez Montalbán), sobresalía el hombre íntegro, afable, cercano. Era el Sergio que trasladaba consuetudinariamente sus clases de doctorado al Casablanca, un legendario local de Sant Cugat: la literatura se aprende bien desde los pupitres de las aulas, pero se vive mejor en las tertulias de café, con un buen vaso de güisqui o, incluso, jugando una partida de billar a tres bandas.

Tras la noticia de su muerte, me siento consternado, abatido el ánimo. Siempre sentiré que me ha faltado un último trago que compartir con él (ya no de güisqui o de café, seguramente, pues su salud era algo delicada en los últimos años) y una última conversación en la que escucharle, más que hablarle, de literatura, del Barça, de Morella, sus tres pasiones. Nunca llegué a cumplir mi promesa de ir a compartir con él un trocito de sexenio en un tercer domingo de agosto. Ya nunca veré su cómplice sonrisa por una temporada perfecta culé. En los últimos años, sólo supe llenarlo de abrazos y de recuerdos a través de Josep, vecino y amigo suyo a la vez que colega mío durante mis tres años últimos de docencia egarense. Las cosas y las gentes se nos caen de la vida tarde o temprano y sólo queda amarlas en el recuerdo. Te recordaré siempre, Sergio.

miércoles, 13 de enero de 2010

JUSTICIA CIEGA.

De la serie Desnudos ©, por Gonksman.

No pretendo sacar a colación la retahíla casuística de injusticias con que la Justicia en España —no digamos en el mundo— nos sorprende última y consuetudinariamente; tanto es así que casi estoy por proponerle al adverbio su acepción religiosa. No pretendo, digo, sacarla a colación; menos aún, traerla en abono de causa alguna. Huelga hacerlo, se me antoja. ¿O hay alguien todavía necesitado de argumentos con que convencerse de las indefensiones, de los agravios, de los abusos, de las torpezas, de la falta de recursos.. que adornan la acción judicial en este país? Realmente, ¿alguien precisa aún que se le ponga en balanza la balanza de la Justicia?

La Justicia es ciega, efectivamente. Y en ello reside el problema. ¿Por qué no le desvendamos los ojos de una puñetera vez? Conviene que sea más justicia que ciega, digo yo. ¡Que vea, hombre! ¡Que vea claramente! Es que, si no, sucede lo que elocuente y metafóricamente dicta la imagen superior: la justicia es hermosa, ciega y se muestra desnuda ante nosotros; pero funciona al ritmo que le tocan.



NOTA: Es éste un texto que guardaba entre borradores de la anterior bitácora, desde hace mucho tiempo. Ni les cuento la de oportunidades que, desde entonces, han surgido para publicarlo. Lo hago ahora a raíz del bodrio intelectual en forma de sentencia con que el juez de lo Penal de Madrid, Ricardo Rodríguez, ha condenado a dos periodistas de la Cadena Ser. Si les interesa la noticia, no se pierdan el artículo de opinión de Juan Luis Cebrián
, del cual tuve noticia gracias a mi querida Hannah.

sábado, 9 de enero de 2010

102.




Sis dies abans que naixés Simone de Beauvoir, naixé la iaia Pepeta.

Són l'existencialisme i l'existència.

martes, 5 de enero de 2010

CARTA A SS.MM. LOS REYES MAGOS.

Queridos Reyes Magos, este año, bla, bla, bla... Me pido la Nueva Gramática de la Lengua Española, que la RAE ha elaborado conjuntamente con las veintiuna restantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Ya sé que dispongo de la de Seco, la de Alarcos, la de Gómez Torrego..., la de Bello, e incluso de la de Nebrija en edición facsímil. Pero es que ninguna de ellas es institucional y, por ende, normativa, como tampoco lo es la magna Gramática Descriptiva, cuyos tres orondos volúmenes guardo en mi anaquel predilecto y me tienen robado el corazón y sorbido el seso. De modo que sólo me queda el Esbozo, pero ¿quién se contenta, precisamente, con un esbozo?

Además, la Nueva Gramática de la Lengua Española fue presentada el pasado 10 de diciembre por otros Reyes, SS.MM. de España. Cierto que no son ni Magos ni Queridos —¡viva la república!—; pero pienso que, como sois colegas —en primera acepción, que no creo yo que os vayáis juntos de copas—, posiblemente os puedan pasar una para mí.

Sinceramente agradecido de antemano:

Jnj.
P.D. Gracias por la temporada culé de la hostia que me habéis traído este año.

jueves, 31 de diciembre de 2009

¡FELIZ 2010!


Nada tienen que ver los doce granos de uva con la suerte que seguro que todos tendremos en el año entrante, pero aun así cumplimos gozosos con la tradición —la cual, esta noche, por cierto, se nos hace centenaria—.

Sin duda que nada tienen que ver tampoco con la suerte venidera las pasas lusas, las sobras germanas o las lentejas itálicas. Y ni que decir tiene que, en el giro de nuestras particulares ruedas de la fortuna, nada influyen, asimismo, las piezas de lencería y los gayumbos rojos con que guardar del frío y proteger de la bragueta a nuestras partes pudendas o naturales.

Esta noche, sobre nuestras cabezas, en el último cielo del año, lucirá una hermosa y albugínea luna azul. Carente de significado astrológico especial, a buen seguro que nada tendrá que ver tampoco con una suerte futura; sin embargo, dispondré de unos momentos para ella. No sé si antes o después de las uvas, pero seguro que con los gayumbos colorados puestos.

Os deseo un feliz y enriquecedor año 2010.

De corazón.


domingo, 27 de diciembre de 2009

MENUDO BELÉN SE PUEDE MONTAR.

Belén diseñado por Biel y Clàudia.

Llevo días pensando que debería de colgar alguna entrada, pero reviso los borradores de esta bitácora y , o no me convencen —a saber por qué los guardo, me dirán ustedes, como me digo yo—, o están inconclusos y la pereza me puede. Heme aquí, pues, con que ni que decir tiene que no tengo qué decir.

Acaso lo propio, en estos días de fiestas, fuese hablar —quiero decir, escribir, que no es lo mismo y sí— de San Nicolás; la Natividad; los Santos Inocentes; el despilfarro en compras, consumo eléctrico...

En semejante inoperancia hallábame, cuando, de pronto, me llega un c. e. de mi querida Boni con el que me pone al día respecto del ERE, del cual, en estos tiempos de crisis, no se libra ni Dios. Literalmente.

Estos días, está en boga el tema de expedientes de regulación de empleo. Imposible hablar de un tema de mayor actualidad con los tiempos que corren. Además, ayer, un buen cliente que trabaja en una multinacional en proceso de fusión me comentaba lo interesante, desde el punto de vista del aprendizaje, que era ver cómo los expertos de una prestigiosa consultora estratégica, decidían cuántos despidos debían hacerse y de qué manera, para poder hacer la empresa rentable tras la fusión. Mañana, quiero empezar a poner el belén en mi casa y, como estoy en crisis, antes de hacerlo, he decidido llamar a uno de estos consultores para que me asesore sobre cómo rentabilizar al máximo el tradicional nacimiento. El resultado ha sido sorprendente y, por ello, os lo quiero comentar. Las decisiones que voy a tomar son las siguientes:
  • Pastores: Para nadie es un secreto que, en todos los belenes, hay más pastores que ovejas; parece absurdo, pero siempre ha sido así. Por supuesto, me veo obligado a deshacerme de todos, menos de uno. Instalaré pastores eléctricos (cercas electrificadas) con el fin de controlar a las ovejas, y, una vez instalados, se plantea la posibilidad de, en breve, sustituir al pastor por un perro con experiencia.

  • Personajes gremiales: Es sorprendente la cantidad de artesanos que puede haber en un belén: el herrero, el panadero, el de la leña, el carpintero (haciendo una desleal competencia a San José, quien se ha cogido una baja paternal), el tendero..., y, sin embargo, es también sorprendente ver la escasa cantidad de clientes que hay. La decisión que he tomado es despedir a todos los artesanos. Es duro, pero no queda otro remedio. En su lugar, he contratado a un chino, quien, en un pequeño comercio fabricará y venderá todos los objetos que vendían los artesanos. Si el chino, con posterioridad, decide subcontratar a quince menores para sacar el trabajo, es un tema en el que no nos debemos meter.

  • Posadero: El chino se hará cargo también de la posada. Además, últimamente, habían llegado quejas de atención al cliente por parte de José y María. La posada podría funcionar con el sistema de camas calientes.

  • Lavanderas: ¡Qué manía tienen en los belenes con lavar la ropa! ¡Con lo fría que debe de estar el agua con tanta nieve! Se suprimen los trabajos de lavanderas, que, además, eran ocupados siempre por mujeres. Cada uno se lavará su ropa en los ratos libres, potenciando así la equiparación de sexos en cuestión de tareas domésticas.

  • Ángel anunciador: Suprimidos casi todos los pastores, no tiene sentido la figura de un ángel anunciador. Se sustituye por un anuncio luminoso, en el que, además, se pueden anunciar las ofertas del chino.

  • Castillo de Herodes: A Herodes, le mantengo en su puesto; no es que haga mucho, pero manda, y no es cuestión de ponerse a despedir directivos. Soldados, me quedo con dos, por razones de seguridad (que bastante calentita está la zona), pero los externalizo. Los contrataré por medio de Prosegur-Castillos, para que me presten servicio como guardas de seguridad. Ahorro en costes fijos y gano en flexibilidad.

  • Paseantes varios: Es sorprendente ver la cantidad de personajes que abundan en un belén sin hacer nada, absolutamente nada. Todos despedidos. Esto lo teníamos que haber hecho ya hace tiempo.

  • Paseantes con obsequios: He observado que otro grupo de paseantes, algo menos ociosos, pero no mucho más productivos, se dirige hacia el portal con la más variada cantidad de objetos. Uno con una gallina, otro con una oveja, otro con una cesta, otro con un atillo (¿qué llevará el misterioso personaje del atillo en su atillo?)... Puesto que todos tienen el mismo destino, organizaré un servicio de logística para rentabilizar el proceso. Despediré a todos los paseantes, uno de ellos se quedará con nosotros a través de una ETT y, con ayuda de un animal de carga, recogerá las viandas cada tres días y las acercará al portal.

  • Reyes Magos: Por supuesto, con un solo rey hay más que suficiente para llevar el oro, el incienso y la mirra. Elimino a dos reyes y sendos pajes y camellos. Posiblemente me quede con el rey negro para no ser acusado de racista; además, es posible que quiera trabajar sin que le dé de alta. Tengo que estudiar también la posibilidad de dejar tan solo el incienso y vender el oro y la mirra a otra compañía, ya que se debe reducir al máximo la inversión en regalos de empresa.

  • Mula y Buey: La única función de estos animales es dar calor. Esta función será desempeñada por una hoguera, cuyo gasto de mantenimiento es mucho menor. Realizaré un assessment center con ambos animales y el que lo supere trabajará como animal de carga en el servicio de logística antes mencionado.

  • San José y la Virgen María: Está más que demostrado que el trabajo que hacen ambos en el portal puede ser desempeñado por una sola persona; de modo que se pueden evitar dos bajas: la una, de maternidad; la otra, de paternidad. Por razones de paridad, me quedo con la Virgen María y, lamentablemente, he de despedir a San José (¡con lo que había tragado el hombre en esta empresa!).

  • El niño Jesús: A pesar de su corta edad, posee mucho potencial y, además, parece ser que su padre (el de verdad, no el putativo) es un pez gordo. Lo mantengo como becario con un sueldo de mierda, hasta que demuestre su valía.

El Belén queda, pues, de la siguiente forma: Un pastor con ovejas en un cercado, un chino con un comercio-posada de 24 horas, Herodes y dos guardas subcontratados, un paseante, por ETT, con la mula (o el buey) haciendo repartos, el rey negro (ilegal), la virgen y el niño.

Va a ser más soso que otros años, ¡pero me he ahorrado una pasta!

En fin, yo, como aquel otro, me lavo las manos, que me da que esto es meterse en belenes y que, al montar así el belén, puede montarse un buen belén.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

LOTERÍA BITACORERA.

De mi querida Hannah, recojo, en estos días de Adviento, una buena iniciativa lotera para que se difunda a través de la red bloguera. He de elegir a sólo cinco (¡lástima entre las lástimas!), de modo que paso el testigo, por si interesa, a:

Las instrucciones son las siguientes: Podéis participar todos aquellos blogueros que lo deseéis; bastará con difundirlo en vuestros blogs creando un enlace a este artículo de Alas de Plomo. Evidentemente, se trata de compartir y regalar suerte a nuestros amigos, así que también hay que ser generosos con ellos invitando a su vez al menos a otros cinco blogs a participar con nosotros de esta iniciativa, e incluirlos en vuestro artículo debidamente enlazados, como acabo de hacer yo aquí. Una vez realizados estos dos sencillos pasos, dejáis un comentario con el enlace a vuestro artículo en la entrada antes mencionada de Alas de Plomo y se os confirmará el número de participante. Asimismo, en él encontraréis una información exhaustiva de la iniciativa.

sábado, 5 de diciembre de 2009

SESQUI.

Azarosamente, hace unas semanas fuime a dar de bruces internautas con el siguiente palabro: hipopotomonstrosesquipedaliofobia. Y, en los últimos días, semejante hipopotomonstruosidad del lenguaje verbal me aparece hasta en la sopa: en la sopa televisiva, en la conversacional, en la del aula... Alguna vez, por culpa mía, lo admito.

Supuestamente, o no, este espurio engendro léxico pretende ser el hipertrófico significante con el que dar cuenta de la aversión que determinadas personas experimentan ante la pronunciación de palabras supratetrasílabas —más exagerado resulta el límite silábico que establecen los frikipédicos al definir este miedo irracional como suspicacia psicopatológica a los megavocablos plusendecasilábicos—.

El DRAE no recoge el término —a Dios gracias carece de aceptación científica—; pero éste se halla incluido en numerosos glosarios de psicopatologías. De hecho, a esta fobia se la conoce también mediante una acertada reducción: sesquipedaliofobia, que tampoco el DRAE recoge. De lo que sí da cuenta nuestro normativo lexicón es de diversas entradas de términos formados a partir del prefijo 'sesqui-' (etimológicamente, 'una unidad y media'), entre los cuales figura 'sesquipedal' ('de pie y medio de largo'), adjetivo que, ya hacia 1580, fecha de incorporación del neologismo, muy probablemente proveniente de la expresión horaciana 'sesquipedalia verba', desarrolló el significado de 'enorme'.

Hasta aquí, vale; pero, ¿y el resto de sílabas hasta llegar a trece? "Más madera!", como gritase Groucho. Hipopoto nos lo quieren colar los de la Pérfida Albión lingüística con el sentido de 'grande'¹. No obstante, el oyente, inconsciente pero sabiamente, sabe relacionar estas primeras cuatro sílabas con la ingente mole cárnica del simpático (sic) paquidermo fluvial. Y es que hipopoto no es más que una infeliz amputación, una horrísona apócope de 'hipopótamo', que, como es sabido, se trata del compuesto culto resultante de los lexemas ίππος , 'caballo' y ποταμός , 'río'.
Monstro, las dos siguientes sílabas, no necesita mayor explicación y, aunque cabe recordar que 'monstruoso' es también en castellano 'excesivamente grande', la acepción de 'contrario al orden de la naturaleza' supone todo un adelanto lexemático de lo que ha de ser finalmente el palabro resultante.

Y, para remate, fobia, que sí es acertado por cuanto nos remite a una aversión de naturaleza psíquica²; pero que parece llegar tarde a la secuencia: once sílabas tarde —diría— y tras las dos extrañas oes de apoyo final en los segmentos anteriores y un errático y gratuito enlace mediante el diptongo -io-.

No sé quién sería el aventajado que acuñó el término, pero injirió en él una buena dosis de cinismo. Puedo imaginarme la escena: el señor X sale de la consulta del psicólogo y se encuentra con su amigo, el señor Z, quien de inmediato se interesa por él. "Pues me ha dicho que padezco hipopoto..." Tras la cuarta sílaba, el señor X comienza a angustiarse, suda. El diagnóstico le está haciendo un flaco favor y no le sirve sino para empeorar. Prueba entonces a informar a su amigo Z con el acortamiento "sesquipedal..." Inútil; el acortamiento no lo es suficientemente. Acaso si, sencillamente, el señor X sufriese una sesqui...


NOTA: La posible historia del señor X es posible que algún día componga una secuencia en cualquier filme de Woody Allen. Mientras, a mí me recuerda a mi querida mami y su imposibilidad para informarme de su nivel de triglicéridos, lo cual provoca siempre, indefectiblemente, una refrescante situación de hilaridad entre nosotros. Pero, claro, mami no sufre de sesqui.

¹) En el portal de Fobias, por ejemplo, se recoge sin ambages esta bastarda acepción, la cual encuentra explicación en la entrada List of phobias de la Wikipedia inglesa, donde, al hablar de "hippopotomonstrosesquipedaliophobia", se dice according to the Oxford English, "hippopotamine" has been construed as large since 1847.

²) El mal de todo radica, sin duda, en el abuso que cometemos de la vastísima información que internet pone a nuestra disposición. Nos la tragamos y la asumimos indiscriminadamente, como si fuese la única posible y, cuando Wikipedia la sanciona, se convierte en poco menos que palabra de ley. O sea que si Google arroja 36.500 hipopotomonstrosesquipedaliofobias en tan sólo 24 seg. y Wikipedia le da asilo, resulta necesaria su existencia. Sin embargo, no debiese ser así. Hasta donde he sido capaz de averiguar, "hippopotomonstrosesquipedaliophobia" fue usado por vez primera como un acertijo con marcado sentido irónico en el episodio inicial de la serie de libros "Brainiac Series Five", los cuales están basados en el programa homónimo de TV, cuya ciencia suena siempre a cuchufleta (¿recuerdan la versión del canal Cuatro? Si no, piensen en El Hormiguero actual). Nótese al respecto cómo la famosa enciclopedia en línea —a la cual no quisiese denostar—, en su versión inglesa, no da entrada al término y se limita a recogerlo en su página List of phobias, bajo el epígrafe Jocular and fictional phobias, junto a otras extravagancias de la terminología psicoanalítica como la venustraphobia, 'fobia de la trampa de Venus', la cual se define, de acuerdo con un artículo publicado por BBC News, como 'miedo a las mujeres hermosas'. Qué horroroso horror, no me digan. Ojalá yo sufra de caliginefilia.