viernes, 15 de marzo de 2013

Una imagen y menos de mil palabras

Uno de los aspectos básicos de la creación publicitaria, al menos según la explicamos los profes de lengua en las aulas, es el diálogo que se establece  entre texto e imagen: el texto puede aclarar el sentido de la imagen, si esta complementa o ejemplifica el de aquel...

Así, la imagen se nos cuela en el ámbito académico de las palabras. De igual manera sucede en la prensa escrita. Sucintamente, podríamos definir los periódicos como publicaciones diarias de noticias; y las noticias, como textos que relatan la actualidad. Y sin embargo, cada vez más, la imagen va comiendo espacio a la letra de los diarios. Ello resulta especialmente evidente en el diseño de sus portadas. Las razones para que sea así resultan obvias y acaban por dar validez a esa sentencia famosa de cuyo uso abusamos y con la que no siempre cabe estar de acuerdo: "Una imagen vale más que mil palabras".

En cualquier caso, no es de estas razones obvias de lo que quiero escribir, sino de la costumbre adquirida de un tiempo a esta parte de montar las portadas de los diarios sobre la base de dos noticias, a partir de las cuales pueden obtenerse, respectivamente, el titular del día y la imagen del día. Ello hace que, sin remedio, se cree un diálogo entre texto e imagen, que no es pretendido y estudiado, como sí sucede en el ámbito publicitario, sino inconsciente y azaroso.

Si damos un repaso a algunos de los apartados que nos ofrece la prensa de hoy, tendremos ejemplos más que suficientes de lo expuesto —de hecho, estos renglones nacen de haber hecho yo ese repaso previo a primera hora de la mañana—. Los titulares de hoy coinciden en dar cuenta del freno a los desahucios; las imágenes, en cambio, en ilustrar la nueva actualidad vaticana. Es decir, la falsa impresión resultante de aunar información textual e información visual es la de que los desahucios se han acabado gracias a Dios, lo cual no es locución interjectiva con la que manifestar alivio, sino sintagma preposicional de significado literal: gracias a Dios, papa mediante. Veamos, si no, La Vanguardia: «Europa abre la puerta a que los jueces suspendan los desahucios», reza el titular de paso enorme junto a una imagen de gran formato en la que se ve a Francisco I, crucifijo en ristre. O el diario Ara, en el que un enorme «STOP desnonaments» figura encima de una fotografía en la que puede verse al nuevo papa junto a parte de la curia pontificia, preocupados todos, en el descenso de la escalinata vaticana, por el hecho de que, si la Iglesia no proclama a Jesucristo, se convierte en una ONG piadosa. Algo distinta resulta la portada de El Punt Avui, el cual, por su carácter de prensa regional, en vez de irse hasta Roma, se queda en Colera (Girona) y muestra una imagen en la que el viento ha hecho caer una gran grúa sobre una casa, imagen con la que, inevitablemente, se establece un juego metafórico con los desahucios de marras y las "Hipotecas abusivas", sintagma que figura hoy como título de portada de este diario. Con todo, la relación casual que acaba siendo más íntima entre titular e imagen es la que se da en la portada de El Periódico de Catalunya: "Ahora, sí. Stop desahucios" puede leerse sobre una imagen del nuevo papa con un gran pie de foto lateral en que el pontífice dice: «Ojalá Dios os perdone por lo que habéis hecho». Lástima que Francisco I dirigiese sus palabras a los cardenales por haberlo elegido y no a los responsables de esta mierda de sistema en crisis, por dejar a la gente sin techo bajo el que cobijarse.

Lástima también que apenas el lapso de un día impidiese hacer coincidir en las portadas recientes de la prensa mundial el titular HABEMUS PAPAM con la fotografía de un Messi que corría loco de alegría siguiendo la cal del fondo sur del Camp Nou, coincidencia que, sin duda, hubiese hecho necesario un pie de foto esclarecedor más o menos de esta guisa: Messi, loco de alegría. No por la elección de un papa argentino, sino por su segundo gol al Milan, con el cual quedaba igualada la eliminatoria.

jueves, 14 de marzo de 2013

Escupitajos políticos

La Mossa representa el  lado amable de nuestra policía,
el Mosso, el lado duro. O, en otro orden de cosas, el
Mosso representa la visión que del Cuerpo tiene el PP,
y la Mossa, la que tienen los desafectos a la gaviota.

No es que tenga ganas de defender a la policía; menos aún, sin embargo, las tengo de atacarla. La policía debería estar ahí, sin más, sin que nos ocupemos de ella y sin preocuparnos por ella, ocupándose ella de nosotros y preocupándose por nosotros. Y, no obstante, me propongo a continuación escribir estos pocos renglones en que ya ando para, hablando de policías, hablar de otras cosas. Por ejemplo, de que este país en el que vivo y al que amo, Catalunya, dista mucho de ser perfecto. No es el país de las maravillas, lo cual resulta coherente con el hecho de que nuestra Alicia —que la tenemos— es cualquier cosa menos un entrañable personaje de cuento infantil, dada su inequívoca tendencia facciosa a la hora de pergeñar sus perpetraciones políticas.

Como es sabido, estos últimos días la irresponsable responsable del PP catalán, Alícia Sánchez Camacho, ha decidido renunciar a la escolta de los Mossos d'Esquadra que le había sido asignada por su condición de responsable política —por cierto, lo de política me queda claro; lo de responsable, no tanto—. En su lugar, ha decidido solicitar el servicio de protección al Cuerpo Nacional de Policía. La razón que para ello ha aducido la susodicha es que no se fía de una policía autonómica por la cual teme ser espiada.

Desde luego, hay mayor hondura de reflexión política en un escupitajo expelido contra el suelo por un defecto de tialismo que en esta decisión, la cual se me antoja, como mínimo muy mínimo, nada prudente. Y digo nada prudente por varias razones. En primer lugar, porque las acusaciones son, más allá de dudosas, infundadas. En segundo lugar, porque quién puede aseguarle a Alicia que los agentes encargados de su protección no son exguardiaciviles o, incluso, expolicías nacionales, que, como las meigas, habelos hainos. O votantes del PP. A todo ello, habría que añadir el hecho de que, si los Mossos quisiesen realmente espiar a Alicia, no habrían de cesar en su empeño por haberles sido retirado el cometido de escoltarla. Pero la mayor torpeza de cálculo político reside en lo que, en buena lógica, se infiere de todo este despropósito: el pervertido maniqueísmo de polis buenos y polis malos, identificados respectivamente con estatales y autonómicos. Ellos y nosotros.  Ellos frente a nosotros. Toda dicotomía implica inherentemente una oposición. Toda oposición es punto de partida válido para una partición, para una separación. Y, lo que es lo mismo: en el principio de innumerables rupturas, se halla la desconfianza. ¿No es la ruptura, la separación, lo que precisamente pretende evitar Alicia?

Por otro lado, si realmente fuese la desconfianza en el buen hacer y el recto proceder de los Mossos d'Esquadra lo que lleva a la ínclita Camacho a su renuncia, ¿no habría también de recelar, seguramente con mayor razón aún, de una Policía Nacional capaz de acusar anónimamente de fraude fiscal a los mandamases catalanes? Pero no. Sucede que el interés de esta señora y, por ende, el interés pepero, es análogo al del pescador en las aguas revueltas del río.

Que el interés de la Camacho corre parejo al de su partido es una obviedad en la que viene a incidir la reciente afirmación del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, acerca de que los Mossos d'Esquadra no tienen una mayor participación en las investigaciones contra la violencia doméstica porque no les da la gana —no se arriesga a decir si es a ellos mismos a quienes no les da la gana o es a quienes los dirigen políticamente—. Así pues, parece que este miembro del gabinete no solo comprende la actitud de su correligionaria catalana, tal como ha manifestado públicamente, sino que además se suma a esa manera de proceder que ha dado pie al portavoz del Govern de la Generalitat, Francesc Homs, a declarar que «Aviat el coneixarem com el ministre de l'Interior i de la guerra bruta».

Con todo esto, no cuesta trabajo entender que Fernández Díaz concediese crédito y defendiese en su momento la autenticidad del famoso documento fantasma, falsamente atribuido a la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal). Y no solo eso, sino que ahora, olvidado ya el ridículo cometido con el apócrifo, el ministro amenaza con nuevos papeles acusadores aparecidos precisamente tras tirar del hilo del docufantasma. Y es que el estilo del Gobierno del Estado, que no es otro que el del PP —pues no hay quien distinga lo uno de lo otro, por desgracia—, consiste en la vieja táctica del ¡a que me chivo! Véase, si no, la semejanza entre esta amenaza de «tirar del hilo» y aquella otra reciente de Montoro a los actores. 

Ya está bien, por mor de Dios, señores ministros. Señor Montoro, señor Fernández Díaz, si los de la farándula o los gobernantes autonómicos evaden dinero y eluden impuestos al fisco, denúncienlos y acúsenlos nominalmente o déjense de hostias. De lo contrario, pierden toda su credibilidad, la cual, tal y como se halla la opinión ciudadana a causa de tanta corrupción política, ya anda bajo mínimos.

Y, por cierto, hagan lo mismo con Bárcenas y los suyos —de ustedes, me refiero—.

Imagen paródica del documento fantasma.

lunes, 11 de marzo de 2013

viernes, 8 de marzo de 2013

Día Internacional de la Mujer (siempre) Trabajadora

Hay dos clases de hombres:
  • Aquellos para quienes el 8 de marzo no es más que el sexagésimo séptimo día del calendario gregoriano, salvo que se esté en año bisiesto, por lo que automáticamente pasaría a la consideración de ser el sexagésimo octavo día del calendario gregoriano.
  • Aquellos para quienes el 8 de marzo es un día conmemorativo y, sobre todo, reivindicativo.
O acaso sean tres las clases de hombres que hay:
  • Aquellos para quienes la ironía está solo en los dos carteles de la derecha de la imagen superior de esta entrada.
  • Aquellos para quienes la ironía está solo en el cartel del centro de la imagen superior de esta entrada.
  • Aquellos para quienes la ironía está en los tres carteles de la imagen superior de esta entrada.
Aunque también (afortunadamente cada vez más en menor medida) son dos o tres las clases de mujeres que hay.

martes, 5 de marzo de 2013

Puntos cardinales

             En occidente,
             no hay quien se oriente:
             olvidamos que el sur también existe,
             mientras perdemos el norte.

martes, 22 de enero de 2013

Horado

Últimos cuatro puntos del argumentario pepero en forma de decálogo
Hace tres días, la Oficina de Información del Partido Popular difundía entre las filas del partido un argumentario con que hacer piña en torno al pensamiento único. Tema: el escándalo Bárcenas. La cuestión es que dicho argumentario exponía exactamente diez razones, de ahí que tanto  la prensa como los propios correligionarios peperos, a quienes, en principio, iba dirigido el documento, se hayan apresurado a llamarlo decálogo.

El DRAE nos da a conocer que la voz decálogo posee dos acepciones. Según una de ellas, se aplica al conjunto de normas o consejos básicos para el desarrollo de cualquier actividad; en el caso que nos ocupa —o, por mejor decir, que ocupa al PP—, tal actividad consiste en un numantino cierre de filas, justo esas  filas por las que se difunde el argumentario que impulsa el no, no, no / no me consta. Considerando todavía esta misma acepción de la voz decálogo, el diccionario nos advierte que, al margen del significado etimológico que este sustantivo ostenta —δεκά 'diez' y λογος 'palabra'—, el decálogo no necesariamente ha de estar constituido por normas o consejos en número de diez; en realidad, cualquier cantidad es posible . Y, no obstante, los dirigentes del PP, más PaPistas que el PaPa, no habrían de poder sentirse cómodos dictando nueve u once argumentos.

Bien me parece que ello sea así, ya que, después de todo, cada uno de los argumentos redactados por la susodicha Oficina de Información es más norma que consejo, por lo que cabe cumplirlos a todo trance. Y, por ahí, diez es el número justo y necesario. No olvidemos que diez fueron los mandamientos que Dios grabó a fuego para imponer su ley y, por antonomasia, según la acepción que del DRAE nos falta, al conjunto de los diez mandamientos que conforman la ley de Dios se le llama decálogo. Este es el sentido prístino de esta voz, a pesar de que ni la cantidad ni el orden de los mandamientos de la tradición mosaica sean tan indiscutibles como la moderna Iglesia católica nos obliga a creer. Cuestión de fe, después de todo; como cuestión de fe ha de ser para las gentes de a pie de este país seguir creyendo —si es que alguna vez lo hemos hecho— en lo que la cúpula del PP nos quiera bajar del Sinaí de Génova, que, por supuesto, no ha de ser el séptimo mandamiento. Porque, vamos, eso de "No robarás"...

En verdad, os digo —nos dicen— que «No se ha producido el pago de sobresueldos a cargos del partido ni en la etapa actual ni en las anteriores». Así, ¿de qué sobresueldos de hasta unos nada despreciables 10.000 € nos habla Jorge Trías Sagnier?

En verdad, os digo —añaden— que «Todos los sueldos y gastos de representación que se pagan en el Partido Popular se declaran a Hacienda y se cobran de acuerdo a la legalidad». ¡Vaya, pues no sabía yo que hubiese delegación de la Agencia Tributaria en Suiza! ¡Menos aún que un politicastro cualquiera pudiera llegar a atesorar 22.000.000 € «de acuerdo a la legalidad»!

En verdad, os digo —y van tres, como en el gallináceo episodio de san Pedro— que «La contabilidad del Partido Popular es una contabilidad clara, diáfana, normal y está auditada favorablemente por el Tribunal de Cuentas». El cual, digo yo, ha de ser sumamente incompetente, porque Rajoy ha anunciado una investigación interna de las cuentas del PP, las cuales serán sometidas a auditoría externa. Por cierto..., ¿la investigación interna previa a la auditoría externa no será para eliminar lo que no deba encontrarse, no? Ya sabemos, gracias a las imágenes televisivas, cuán grandes son las furgonetas que las empresas de destrucción de documentos confidenciales envían a las sedes del PP justo el día en que sus extesoreros y exsenadores dejan de figurar en la web del partido en el que todavía tienen un despachito donde guardar (¿y destruir?) documentos confidenciales.

En verdad, nos dicen también que «El PP supo la existencia de [las cuentas en Suiza] al mismo tiempo que los medios de comunicación». Lo cual viene a decirnos que quienes han de cuidar del país están en la inopia. Casi sería preferible que mintiesen, como creo que, efectivamente, hacen de manera consuetudinaria. No descartemos la posibilidad de que cierto ministro de Hacienda ampare su desvergüenza tras un micrófono público para acabar confesándonos que el Bárcenas de marras se acogió no ha mucho a la recentísima amnistía fiscal —¡ups!, perdón; quise decir a las recentísimas medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas—.

En verdad, pretenden que creamos que «El PP siempre ha actuado en consecuencia y todas las personas que ostentan una representación política y tienen una actuación irregular deben ser apartadas, tal y como se ha hecho». Pues, quizá sea así; pero me da a mí que por exponer solo un dato no muy lejano— el hecho de que, en abril pasado, hubiese hasta 60 políticos del PP con sendas imputaciones judiciales cobrando sueldo todos los meses desmiente de todas todas la pretendida veracidad argumental. ¿Y qué decir de Trillo? ¿Considerará el PP regular o irregular el hecho de alquilar aviones de juguete como transporte para que mueran 62 soldados españoles? Regular, claro; pues, por definición, el soldado anda siempre jugándose la vida, por lo que una ayudita en favor del peligro es lo menos que un responsable puede ofrecer. Y, ¿regular o irregular el hecho de falsificar luego la identidad de la mitad de los cadáveres de estos soldados? Regular también, sin duda; pues si no, difícilmente se comprenderá que al señor Trillo, sin pertenecer a cuerpo diplomático ninguno, le llueva del cielo toda una embajada en el extranjero, y que, sin conocer en absoluto el idioma inglés, la embajada le haya llovido nada menos que en Londres. ¡Y aún le llamarán a esto apartar a alguien!

Por último, en verdad, rematan diciéndonos que «Hay muchos políticos honrados y la inmensa mayoría son horados (sic), pero el PP comprende que los ciudadanos estén indignados». No voy a arremeter contra la pésima redacción de este último punto del argumentario; me conformo con evidenciar la elocuencia contenida en el lapsus clavis que supone haber escrito, en vez de «honrados», «horados»; no en vano esta palabra, procedente del latín forātus 'perforado', significa en nuestro idioma 'agujero que atraviesa algo de parte a parte'. Como el dejado por Bárcenas en las finanzas ilegales del PP.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Concursos


En ocasiones, de manera un tanto socarrona, prevengo a mis alumnos acerca de la perentoria necesidad de que se cultiven, de que vayan reluciente y aceitunadamente barnizando la piel de su conocimiento con una dura pátina de cultura general. Les auguro, con afectación histriónica, el advenimiento de un futuro incierto —aunque tan cierto como que las noches suceden a los días— en el que, para poder ganarse la vida, necesariamente habrán de acudir a los platós televisivos de las distintas cadenas para intentar llevarse al bolsillo algún que otro euro.

El azar ha querido que, en una de las últimas emisiones del celebérrimo Atrapa un millón, de entre la infinitud de posibles cuestiones que pueden plantearse en un concurso de preguntas y respuestas, Carlos Sobera plantease la siguiente a sus dos concursantes: "¿Qué frase se atribuye erróneamente a una famosa novela?" Y digo que así lo ha querido el azar, porque esa misma mañana, durante una de mis clases, acerté a anticiparles la información con la que, de estar viendo el concurso, cualquiera de los alumnos hubiese sabido acertar eligiendo, de entre las eventuales respuestas —"Todos para uno, uno para todos", "Elemental, querido Watson" y "En un lugar de la Mancha"—, la del medio.

Pese a todo, me preocupa el hecho de que, mientras no acuden a ganarse ese euro futuro, en el presente, se sientan ante el televisor en el sofá de su casa y reciben como modelo de corrección lingüística lo que tal vez no lo sea tanto. Poco después de hacernos saber que el Sherlock fílmico gasta muletillas que el libresco desconoce, el ordenador del concurso mostraba una nueva pregunta seguida de cuatro opciones de respuesta: "¿Quiénes se saludan juntando las manos a la altura del pecho? Húngaros. Mongoles. Hindús. Italianos." Puedo llegar a entender que la palabra con que se daba la respuesta correcta no fuese "Indios"; no entiendo, sin embargo, que se prefiriese "Hindús" a "Hindúes". La norma culta y todos los manuales de estilo aconsejan que los plurales de los gentilicios acabados en / sea mediante la adición del flexivo -es: magrebíes, iraquíes, zulúes... Ciertamente, el plural "hindús", escrito asín, no es incorrecto; pero tampoco lo es el adverbio modal que acabo de escribir yo y, sin embargo, hubiese sido preferible que hubiese optado por escribir "así" y no "asín". Los medios de difusión tienen una responsabilidad lingüística que han de observar con rigor.

Estoy rematando esta entrada y oigo, proveniente de La Sexta Noticias, que según la NRA (Asociación Norteamericana del Rifle), "A un hombre malo con un arma solo lo detiene un hombre bueno con otro arma". Paroxismo. La estulticia humana en estado supino. Casi me da igual que la flexión de género del indefinido no concuerde con la del sustantivo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Armagedón

“Me vuelvo a sus antiguos profetas del Viejo Testamento y las señales que predicen el Armagedón, y me pregunto si..., si nosotros somos la generación que verá ocurrir eso. No sé si habrán notado algunas de las profecías recientemente, pero, créanme, ciertamente describen los tiempos en que estamos viviendo.” Ronald Reagan, expresi(puaj)dente de los EE.UU.
Doce del doce del doce. No se me ha ocurrido asomarme a la ventana cibernética para comprobar hasta qué punto confluían, acaso a las doce del mediodía, los varios cumplimientos de profecías visionarias, catastróficos augurios y demás predicciones, maldiciones o advenimientos. ¡Quién sabe!, entre tanta negatividad agorera, tal vez incluso haya habido hueco para alguna que otra vana esperanza.

De todas formas, no sé por qué intuyo que el despliegue apocalíptico ha sido menor a lo que seguramente merece la tan peculiar singularidad de la fecha de hoy. Para apocalipsis, ya tenemos una crisis económica del carajo y un desgobierno pepero que, más que sofocarla o aun mitigarla, parece querer darle pábulo. Resulta obvio que quien intenta sanar a un enfermo antes procura por su fortaleza que por contribuir a su debilitación: ¿a qué, pues, tanto recorte donde más duele?

¡Y ahora, encima, nos sueltan a Wert! Ni el mismísimo Juan, al escribir su Libro de las revelaciones y convertir en él a Roma en la bestia de siete cabezas, fue capaz de engendrar en su imaginario tamaña irracional monstruosidad.

Me estoy temiendo, conforme escribo, que quizá sí haya indicios suficientes de que el fin es inminente. Lo comprobaré enseguida, tras abandonar el teclado y asir el ratón, a punto ya de cumplirse las otras doce, las de la medianoche y las brujas. Aunque, claro, si a esa hora logro estar asomado aún a esta ventana cibernética, bien estará yendo la cosa, pues, en rigor, ya será mañana, día 13. ¡Hmmmm...! Y suerte que ha de ser jueves y no martes, porque uno no da ya para tanto susto con la profecía maya a la vuelta de la esquina de los calendarios.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Perlas en campaña: *atiar


A quien se le concede un micrófono, le es encomendada, por añadidura y de forma inherente, una responsabilidad sociolingüística. Sin embargo, oyendo lo que ya empieza a oírse en esta temprana campaña electoral, cualquiera diría que quien ase un micrófono lo hace como quien agarra una bacía u orinal, pues al pronto y de pronto comienza a escupir en él indiscriminadamente toda suerte de expresiones incorrectas, giros agramaticales o estrambóticos palabros.

Cualquiera tiene los dos dedos suficientes de frente como para manejar con cuidado unas tijeras, unas tenazas, una sierra... No obstante, cuando lo que se maneja es un micrófono, el grado de irresponsabilidad en su uso puede llegar a ser mayúsculo. Hay, inevitablemente, un modelo de habla en todo orador, y este ha de estar a la altura, es decir, su lengua ha de ser modélica. Sin excusas tanto en las coberturas periodísticas de la campaña electoral como en los preparadísimos discursos electorales de los políticos, pues la espontaneidad característica de la oralidad lingüística —ya puede uno usar sin reservas el sustantivo abstracto "oralidad", incluido en el avance de la vigésima tercera edición del DRAE— apenas si es una máscara de sí misma en este tipo de textos.

Por ejemplo, va cundiendo entre la descastada casta política —también entre los periodistas— la irracional creencia en que las palabras son tanto más hermosas cuanto tanto o más polisílabas son —ellos dirían *polisilábicas. Así, se prefiere decir tensionar a tensar o racionalizar a razonar. La diferencia —que no diferenciación— entre el primer par de voces es puramente estética; más grave resulta la diferencia entre el segundo par, pues racionalizar no es exactamente lo mismo que razonar. Y por ese camino, llegamos al error absoluto de, por ejemplo *posturar, palabro inexistente con el que algún periodista ha pretendido recientemente significar 'adoptar una postura' o incluso 'posicionar'. O al de *atiar, catalanismo con que anteayer un periodista de la cadena SER enterraba la voz castellana atizar. No sé, acaso por este error todavía estemos a tiempo de recuperar el verbo, ya anticuado, atear.

martes, 14 de agosto de 2012

Simple Minds


Noche apacible de verano en Cap Roig. Copa de blanco antes del concierto, pipí, y a las gradas, que es la hora. Acordes estridentes de entrada. Aplausos, gritos, silbidos: los Simple Minds, al escenario. ¿Has visto? ¡Salen caminando!, me hace notar mi amigo Javi, justo un par de horas antes de que expire su tercer cuadragésimo quinto aniversario —en un par de semanas advendrá también mi tercer cuadragésimo quinto aniversario; hemos decidido quedarnos en los 45, ¿qué pasa? Vale, lo inteligente hubiese sido quedarse en los 30, pero ya no hay remedio—. ¿Oyes? ¿Oyes cómo jalea la gente su entusiasmo porque salen caminando, sin las sillas de ruedas? Ataque de risa descontrolada y a disfrutar, que ya suenan las guitarras.

No sé si Jim Kerr y los suyos han decidido quedarse o no en una edad determinada. Lo cierto es que no les hace falta; su música les hace atemporales. Las gradas se vistieron de diversas generaciones; la mía, seguramente, la más nostálgica, puesto que, a pesar de esa atemporalidad, los acordes de Don't you (forget about me), Alive and kicking... nos devolvieron a la memoria pubs y locales cuyos nombres acaso hemos olvidado, pero cuyos suelos y paredes quedaron para siempre en nuestro interior encerrando la música de los Simple Minds.

lunes, 6 de agosto de 2012

Tsutomu Yamaguchi


Hoy hace sesenta y siete años, Tsutomu Yamaguchi se desplazó por negocios hasta Hiroshima. Se encontraba a 3 km del punto cero cuando la primera bomba atómica de la historia hizo explosión. Resultó herido con quemaduras de gravedad en todo su cuerpo. Tsutomu Yamaguchi regresó tres días después a su ciudad de residencia, Nagasaki, donde se expuso nuevamente a la radiación nuclear mientras trataba de dar con sus familiares. Hoy es la única víctima de dos explosiones nucleares reconocida oficialmente: un doble hibakusha.

Yamaguchi murió hace un par de años, con 93 de edad. Es la prueba fehaciente de que el destino o el azar, más que con ironía, obra con cinismo.

Sin embargo, más de 140.000 personas en Hiroshima y más de 80.000 en Nagasaki, que fueron, como Yamaguchi, víctimas de las explosiones, no fueron, como él, supervivientes.

6 y 9 de agosto: dos fechas que nunca nadie debiera olvidar porque la sinrazón de que es incomprensiblemente capaz el ser humano ha dado, desde entonces, demasiadas muestras de que ello no es así. El ser humano olvida o como mínimo obvia y así se suceden nuevas y distintas barbaries que poco importa al caso que ya no sean nucleares. Yo trato de no olvidar y quisiera pensar que no solo no olvido, sino que, además, he sido capaz de aprender algo. Supongo que, en buena medida, por todo ello estoy escribiendo los cuatro renglones de esta efeméride e insertando en su inicio este vídeo, impactante por su desnudez. Algo así como mi cuota de responsabilidad.

domingo, 5 de agosto de 2012

Sin adiós a M. M.

Hoy se cumplen cincuenta años desde que se fue para quedarse sempiternamente entre nosotros. Porque Marilyn Monroe perdurará siempre. Porque, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

Marilyn no nació un primero de junio de 1926 —ese fue el día en que nació Norma Jean Mortenson—, sino en 1946, cuando un ejecutivo de la Twentieth le propuso el celebérrimo nombre artístico. M. M., el dibujo de las líneas en las palmas de sus manos, como a ella le gustaba decir.

Hoy se cumplen cincuenta años de aquel 5 de agosto de 1962 en que se fue para quedarse conmigo: en mi estuche de gafas, en mi funda de móvil, en mi taza de desayuno, en el cuadro que pintó y me regaló Marina..., en las películas que nunca dejaré de ver. La tentación vive, ahora más que nunca, arriba; pero pasea entre nosotros.

"Live fast, die young, and leave a good-looking corpse". Vive deprisa, muere joven y deja un hermoso cadáver. No lo dijo James Dean, como suele ser la creencia mayoritaria, sino el personaje de Nick Romano en Llama a cualquier puerta; pero, sin duda, resume bien la vida de M. M. De modo que, por favor, que alguien retire de la circulación las fotos de Andrezej Dragan en que se recrea a una Marilyn de la tercera edad que nunca existirá. "Como sería hoy" dicen los pies de foto. Pero Marilyn Monroe es hoy como fue entonces.

sábado, 21 de julio de 2012

Arriesgada paronomasia


Yo, que soy de aquellos a quienes les gusta entonar el himno de Riego, me he de atontar con la cantinela de la prima de riesgo.

domingo, 15 de julio de 2012

Risitas Montoro



Montoro, como todo el (des)Gobierno de España se siente legitimado por las urnas, aun después de haber incumplido ya todas y cada una de las promesas electorales, incluida la de no quejarse de la herencia socialista, la cual, según palabras del ínclito Rajoy, era conocida de antemano, pues el PP no realizaba su oposición estando en la inopia.

"Nuestro objetivo era bajar impuestos y los estamos subiendo ante la excepcionalidad del momento; ahora bien, en cuanto podamos... [risas] los bajaremos". De esta elocución, lo más elocuente son, sin duda, las risitas del carajo con que Montoro, con mayor habilidad que la Fabra, se ahorra el vergonzante "Que se jodan" de la susodicha. Las risitas de Montoro son risitas de montiroso..., perdón, quería decir de mentiroso.

Y, si no, hagamos una apuesta: ¿a que no van a poder?

lunes, 9 de julio de 2012

Destino

El destino no existe; llamamos así al azar disfrazado de esclavista.