Que hoy celebremos el día del libro y el día de la rosa tiene, como todo en esta vida, una explicación. O, para ser más exactos, dos.
viernes, 23 de abril de 2010
DÍA DEL LIBRO
Que hoy celebremos el día del libro y el día de la rosa tiene, como todo en esta vida, una explicación. O, para ser más exactos, dos.
martes, 13 de abril de 2010
NI TE CASES NI TE EMBARQUES
Son numerosas las hipótesis que se plantean para explicar la fama de fatídico que tiene este día, y, aunque a ciencia cierta nada se sabe, cualesquiera que sean las acertadas han de ir, necesariamente, en dos sentidos: el funesto número y el aciago día de la semana. Como es bien sabido, la mala suerte debida a la confluencia de ambos elementos no es creencia universal; verbigracia, en la cultura anglosajona, es el viernes el que converge con el 13.
Vayamos por partes. En lo que atañe al número 13, llamado por muchos 12+1 (siempre me pregunto por qué no 14-1), de él se dice que es la cantidad de espíritus del mal que hay en la cábala; que es la carta del Arcano Mayor que, en el tarot, corresponde a la muerte; que es el capítulo del Apocalipsis donde se anuncia la venida del Anticristo... Sin embargo, parece que la explicación más difundida es la que apunta a la Última Cena, en la que trece eran los comensales, y ya se sabe cómo acabó quien no era apóstol sino maestro. No obstante, a mi entender, algo hay que escapa a la lógica. Cierto es que, para cualquier hijo de vecino, la muerte no es nunca algo deseable, menos aún a deshora; sin embargo, Jesús no lo era (hijo de vecino, digo), era hijo del Altísimo, quien, además, le tenía reservado tal inmediato porvenir con el fin de la Redención. ¿A qué, pues, señalar tan aciagamente el suceso? Claro, siempre cabe un ánimo jocoso en el origen de la superstición; aunque, puestos a ser festivos, más acertado sería pensar en el final de Judas Iscariote, sin duda, el más vecinal de cuantos asistieron al ágape.
Cuenta Augusto Conté, en el primer tomo de sus Recuerdos de un diplomático que el embajador danés en la España ilustrada de 1841 «tuvo la ocurrencia de mandar hacer una muñeca de grandor casi natural, y la sentaba a su mesa cuando alguna circunstancia imprevista reducía el número de sus convidados a trece».
Por cierto, digo yo que quien adolezca de triscaidecafobia no ha de ser persona terca, a riesgo de "mantenerse en sus trece", como hiciese el Papa Luna al encerrarse en el castillo de Peñíscola sin haber renunciado nunca a su pontificado como Benedicto (¿adivinan el guarismo?) XIII. Claro que, si uno es obstinado, siempre cabe buscar a quien lo sea tanto o más y que sea él quien "se mantenga en sus trece" mientras uno "se mantiene en sus catorce" (tal diría, por ejemplo, el bueno de Sancho hablando de su señor don Quijote y del caballero de la Blanca Luna).
En cuanto a lo que al martes se refiere, la explicación más plausible es la de que este día se halla consagrado al dios Marte —martis dies—, que lo era de las disensiones y de las batallas. Por esta razón, los gentiles no celebraban casamientos en martes, de donde las gentes llanas lo tomarían como día aciago. De tal manera que "En martes, ni te cases ni te embarques (ni de tu familia te apartes, ni tu puerco mates"), "En martes, ni gallina eches ni hija cases", "En martes, ni hijo cases, ni cochino mates". Y, de ahí, "Boda buena, boda mala, el martes en tu casa", aunque "Buenos y malos martes los hay en todas partes".
Les deseo buena suerte.
jueves, 8 de abril de 2010
NO ME ABANDONES
viernes, 26 de marzo de 2010
L' AMIC D' ELS AMICS DE LES ARTS
(Yo no tengo arreglo y Joan Enric es más guapo aún de lo que aparece aquí).
sábado, 20 de marzo de 2010
viernes, 26 de febrero de 2010
SÓLO LOS MÁS TONTOS FUMAMOS.

Por supuesto, no voy a hacer proselitismo acerca de tan necio vicio; es más, ni siquiera preciso de leer semejantes noticias y estudios para ser consciente de que no haber dejado aún de fumar es una tontería y de las gordas. Sucede que uno empieza a estar más que harto de que le calienten las orejas en torno a lo de marras, abierta o sutilmente y desde tantos frentes.
Y digo yo: ¿por qué estas buenas gentes del Sheba en Tel Hashomer han elegido como conejillos de Indias a soldados israelíes? En fin, lo de israelíes, por proximidad geográfica, naturalmente; pero ¿soldados? ¿Acaso sea porque su espartana uniformidad se hace extensiva también al cociente intelectual? No creo; ello restringiría el margen de error en el estudio. No obstante, los números cantan: resulta que el cociente intelectual de los no fumadores fue de 101, mientras que el de los hombres que comenzaron a fumar antes de entrar en el ejército se quedó en 94.
No sé a ustedes; pero, a mí, lo que de verdad me preocupa del estudio es que todos aquellos, fumadores y no fumadores, a quienes dan fusiles en una de las zonas más conflictivas del planeta presenten una media tan mediocre¹ en su cociente intelectual.
¹ Mediocre significa 'de calidad media': la clasificación 'normal brillante' se da, en ascenso, a partir de un IQ de 110 y la de 'normal lento', en descenso, a partir de 90 (nada que objetar, pues). Lo malo es que 'mediocre' también significa 'de poco mérito, tirando a malo' (preocupante, ¿no?).
IMAGEN: 'Siente' © , por Enetenetu.
jueves, 18 de febrero de 2010
CHINCHETAS ORALES

Vivimos, dicen —y yo me lo creo—, en la era de las nuevas tecnologías y, de ello, se deriva una consecuencia inmediata: la cultura de la imagen en la que veníamos instalándonos desde hace ya un tiempo, se ha, definitivamente, consolidado. Pocos debemos de ser ya quienes no congreguemos a pie juntillo con la axiomática ponderación de que "una imagen vale más que mil palabras".
Cierto es que la imagen, por su incontrovertible capacidad plástica, capta antes nuestra atención. No hay más que atendender al saber paremiológico para recordar que, si prentendemos conocer las cosas como son, para sacarles provecho o para evitar las que pueden causarnos perjuicio, no hay otra que abrir bien los ojos; si queremos desengañar a alguien en cosas que le puedan importar o descubrirle algo de que estaba ajeno, lo que toca es abrirle los ojos; nuestro interés por personas o cosas presenta una gradación ascendente de tal manera que, tras echar un ojo (o un vistazo), enseguida le echamos el ojo, le clavamos los ojos y, finalmente, nos lo comemos con los ojos. Todo nos entra por los ojos y, por eso, cuando nuestro concepto o estimación de alguien varía, es que lo hemos mirado con otros ojos. Y por eso también, cuando algo no entendemos, por muy abstracta que sea la realidad, es que vamos a ciegas.
Reconozco que, al principio, no he hecho sino exagerar al establecer como una problemática las TIC. Sin duda, lo que se esconde tras estas siglas tiene sus bondades, pues, pese a que potencian extremamente la cultura de la imagen, en absoluto se reducen de forma exclusiva a ella. Por ejemplo, la Wikilengua del español está dispuesta a rizar el rizo con su atractivo y ambicioso proyecto de crear lo que han dado en denominar Atlas oral, con el cual pretenden que los hispanohablantes construyamos con nuestras aportaciones un registro de las diferentes hablas del castellano, con atención especial al habla popular. ¡Hay que ver, si don Ramón Menéndez Pidal levantase la cabeza, cómo habría de censurarme la perorata introductoria de esta entrada! El primer mapa lingüístico de España se halla en la enciclopedia Espasa (1923, vol. 21, págs. 416-417). Sin duda, el texto sobre las lenguas que lo acompaña fue redactado por el ilustre filólogo, aunque parece desatino pensar que el diseño del desafortunado mapa, como señala Jesús Burgueño, pueda serle atribuido.
Les animo, pues, a todos ustedes —al tiempo que me animo yo mismo— a contribuir a la génesis de este atlas aún en cierne. Google Earth o Flickr, por ejemplo, llenan sus mapamundis de variadísimas imágenes, las cuales penden de chinchetas virtuales. Ahora a esas chinchetas, de visual, sólo les quedará su diseño: serán, en esencia, sonoras; concretamente, orales. No importa si ustedes sesean o cecean; si vosean, tutean o ustean; si son yeístas... o si, cuando hablan de 'polla', se refieren a una carrera de caballos, a una gallina nueva, a una mujer joven, a una chuleta para el examen, a la lotería nacional, a cierto combinado lácteo, a un esputo o a su miembro viril. Mejor dicho, sí importa. Es lo que, en definitiva, importa más.
domingo, 14 de febrero de 2010
LA PALABRA MÁS ROMÁNTICA
Según informa Reuters, un sondeo realizado por Today Translations en el que se interrogó a unos 320 lingüistas dicta que la palabra más romántica del mundo es la voz francesa 'amour'. Curiosamente, en este mismo sondeo se concluye que el idioma más romántico no es el de nuestros vecinos norteños sino el italiano —'amore' ha habido de conformarse con la medalla de plata—. Por otro lado, el idioma en el que la expresión 'te amo' suena menos romántico ha resultado ser el japonés ('watakushi-wa anata-wo ai shimasu').
En fin, vayamos por partes. El resultado no me sorprende, pero entiendo que la base ponderativa en la que se sustenta no es de orden lingüístico, sino social. Aunque por lo visto a partir de ahora ya no, el francés ha sido siempre, por antonomasia, el idioma del amor, como París ha sido siempre su capital. O Venecia —¡qué distinta sin ti!—; de ahí la pugna entre 'amour' y 'amore'. Lo latino siempre conlleva un plus pasional; resulta casi un oxímoron la imposible expresión 'anglosajón ardiente', no en vano, por esas latitudes más frías, a un buen morreo lo llaman 'french kiss'. ¡Y, sin embargo, cuán fácilmente nos han endosado su Valentine’s Day!
Por otro lado, me cuesta imaginar a Sakura (ella) e Hiroto (él) el día de Tanabata, con la vía láctea por testigo, prefiriendo declararse amor eterno con un 'je t'aime' o con un 'ti amo' en vez de con un 'watakushi-wa anata-wo ai shimasu'. No lo imagino como no me imagino yo susurrando un ‘I love you’. A Montse, li dic a cau d’orella ‘t’estimo’. Salvo que la quiera mover a risa, claro.
Ya me gustaría saber quiénes son esos más de 300 lingüistas responsables de tamaña soplapollez.
Si hay una palabra que sea suma y compendio del romanticismo, esta no es otra que ‘yo’, cuya deixis apunta directamente al individuo, a su libertad, su rebeldía, su imaginación y fantasía, su imperfección, su subjetivismo y su sentimiento. Y es merced a esta inclinación romántica al sentimiento antes que a la razón que hoy día identificamos unívocamente, de forma un tanto simplista, nuestro comportamiento romántico con el hecho de estar enamorado.
Como quier que el amor supone un inevitable desapego del yo a favor del tú, acaso debiese ser este pronombre personal de segunda persona, singular, la palabra más romántica, al menos en el día de los enamorados. Más aún, voto por el paradigma completo: tú, te, ti, contigo.
Feliz día —aunque yo me reservo de forma especial para Sant Jordi—.
jueves, 11 de febrero de 2010
jueves, 4 de febrero de 2010
MICRORRELATO: El consentido
domingo, 31 de enero de 2010
EL SENTIDO DE LA VIDA
Resulta ocioso buscarle un sentido a la vida; es la vida la que ha de dar sentido a todo.
viernes, 22 de enero de 2010
SERGIO.

A Sergio... (resulta paradójico que sea justo ahora, que ya no está, cuando no me cueste llamarlo por su nombre de pila). A Sergio, tuve el privilegio de conocerlo durante mis años de estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAB. Desde que acudí a aquella primera de sus magistrales clases sobre literatura decimonónica, en segundo ciclo universitario, siempre que pude procuré matricularme en cualquiera de sus materias.
Con Sergio aprendí cuanto se pueda aprender de Clarín, Galdós, Pardo Bazán, Tolstoi, Gogol... Nadie ha superado todavía hoy, por ejemplo, sus lúcidas y exactas conclusiones acerca de la crítica literaria de Leopoldo Alas, descubiertas tempranamente en la redacción de su tesis doctoral y publicadas por Gredos en 1968.
Mis dos años de doctorado fueron absorbidos por un proyecto de edición de 'El Quijote' para el Instituto Cervantes, dirigido por Francisco Rico; cosas de la efervescencia del quingentésimo aniversario del descubrimiento de América y de su cercanía con el cuadringentésimo de la publicación de la novela cervantina. Aun así, procuré completar mi currículo académico cursando los créditos que impartía Sergio. Con él ahondé entonces en el espíritu romántico de las letras de Espronceda, Ros de Olano, Hartzenbusch, Campoamor, el duque de Rivas... Y pude constatar, a través de las letras de hombres como Domènec Badia, (a) Ali Bey, la imagen y experiencia del magreb marroquí en la España decimonónica.
Pero, por encima del Beser profesor, del Beser catedrático, del Beser sabio (de tanto en tanto la tierra produce un sabio, escribía también de él Vázquez Montalbán), sobresalía el hombre íntegro, afable, cercano. Era el Sergio que trasladaba consuetudinariamente sus clases de doctorado al Casablanca, un legendario local de Sant Cugat: la literatura se aprende bien desde los pupitres de las aulas, pero se vive mejor en las tertulias de café, con un buen vaso de güisqui o, incluso, jugando una partida de billar a tres bandas.
Tras la noticia de su muerte, me siento consternado, abatido el ánimo. Siempre sentiré que me ha faltado un último trago que compartir con él (ya no de güisqui o de café, seguramente, pues su salud era algo delicada en los últimos años) y una última conversación en la que escucharle, más que hablarle, de literatura, del Barça, de Morella, sus tres pasiones. Nunca llegué a cumplir mi promesa de ir a compartir con él un trocito de sexenio en un tercer domingo de agosto. Ya nunca veré su cómplice sonrisa por una temporada perfecta culé. En los últimos años, sólo supe llenarlo de abrazos y de recuerdos a través de Josep, vecino y amigo suyo a la vez que colega mío durante mis tres años últimos de docencia egarense. Las cosas y las gentes se nos caen de la vida tarde o temprano y sólo queda amarlas en el recuerdo. Te recordaré siempre, Sergio.
miércoles, 13 de enero de 2010
JUSTICIA CIEGA.

La Justicia es ciega, efectivamente. Y en ello reside el problema. ¿Por qué no le desvendamos los ojos de una puñetera vez? Conviene que sea más justicia que ciega, digo yo. ¡Que vea, hombre! ¡Que vea claramente! Es que, si no, sucede lo que elocuente y metafóricamente dicta la imagen superior: la justicia es hermosa, ciega y se muestra desnuda ante nosotros; pero funciona al ritmo que le tocan.
NOTA: Es éste un texto que guardaba entre borradores de la anterior bitácora, desde hace mucho tiempo. Ni les cuento la de oportunidades que, desde entonces, han surgido para publicarlo. Lo hago ahora a raíz del bodrio intelectual en forma de sentencia con que el juez de lo Penal de Madrid, Ricardo Rodríguez, ha condenado a dos periodistas de la Cadena Ser. Si les interesa la noticia, no se pierdan el artículo de opinión de Juan Luis Cebrián, del cual tuve noticia gracias a mi querida Hannah.
sábado, 9 de enero de 2010
102.
martes, 5 de enero de 2010
CARTA A SS.MM. LOS REYES MAGOS.
Ya sé que dispongo de la de Seco, la de Alarcos, la de Gómez Torrego..., la de Bello, e incluso de la de Nebrija en edición facsímil. Pero es que ninguna de ellas es institucional y, por ende, normativa, como tampoco lo es la magna Gramática Descriptiva, cuyos tres orondos volúmenes guardo en mi anaquel predilecto y me tienen robado el corazón y sorbido el seso. De modo que sólo me queda el Esbozo, pero ¿quién se contenta, precisamente, con un esbozo?
Además, la Nueva Gramática de la Lengua Española fue presentada el pasado 10 de diciembre por otros Reyes, SS.MM. de España. Cierto que no son ni Magos ni Queridos —¡viva la república!—; pero pienso que, como sois colegas —en primera acepción, que no creo yo que os vayáis juntos de copas—, posiblemente os puedan pasar una para mí.
Sinceramente agradecido de antemano: