Dentro de muy pocas horas, el diario austriaco "Kurier" publicará una entrevista con Rajoy. En ella, el ínclito Mariano nos dejará la siguiente confesión: "Soy consciente de que exigimos sacrificios a los ciudadanos, pero somos cuidadosos de repartir las cargas de forma justa".
Ignoro qué debe de entender el sr. Rajoy por "de forma justa". Tras oír decir recientemente a su compinche Montoro que "Los salarios no están bajando en España, [sino que] moderan su crecimiento", lo cierto es que uno se puede esperar ya cualquier tergiversación semántica. Lo que sí sé es que mi salario ha disminuido en más de una ocasión; el de Rajoy, nunca. Lo que sí sé es que, por enésima vez, no cobraré mi paga extra; Rajoy, sí. Lo que sí sé es que las pensiones subirán un 0,25%; el IPC, más. Lo que sí sé es que el paro afecta ya a más de un cuarto de la población activa; a Rajoy no. Ciertamente son demasiadas las cosas que pueden saberse.
En fin, los políticos gobernantes —en especial, los del PP— saben, como nadie, identificar eufemismo y falacia. Y este presidentucho nuestro de tercera fila, que accedió al poder con la promesa de meter la tijera a todo, salvo a las pensiones públicas, la sanidad y la educación, hace ya demasiado tiempo —el que media desde su advenimiento— que perdió cualquier atisbo de credibilidad.
Ignoro qué debe de entender el sr. Rajoy por "de forma justa". Tras oír decir recientemente a su compinche Montoro que "Los salarios no están bajando en España, [sino que] moderan su crecimiento", lo cierto es que uno se puede esperar ya cualquier tergiversación semántica. Lo que sí sé es que mi salario ha disminuido en más de una ocasión; el de Rajoy, nunca. Lo que sí sé es que, por enésima vez, no cobraré mi paga extra; Rajoy, sí. Lo que sí sé es que las pensiones subirán un 0,25%; el IPC, más. Lo que sí sé es que el paro afecta ya a más de un cuarto de la población activa; a Rajoy no. Ciertamente son demasiadas las cosas que pueden saberse.
En fin, los políticos gobernantes —en especial, los del PP— saben, como nadie, identificar eufemismo y falacia. Y este presidentucho nuestro de tercera fila, que accedió al poder con la promesa de meter la tijera a todo, salvo a las pensiones públicas, la sanidad y la educación, hace ya demasiado tiempo —el que media desde su advenimiento— que perdió cualquier atisbo de credibilidad.
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