Tras cada abrazo, existe una pequeña necesidad emocional. Muy a menudo, más de quien lo da que de quien lo recibe.
NOTA: Hace ya un tiempo que guardé esta suerte de pensamiento despeinado entre los borradores para este blog. Hoy, al ver en Twitter la fotografía que encabeza la entrada, lo he recordado; pues, a su luz, el sentido que encierra se magnifica cruda, descarnadamente.
Un enorme y triste abrazo...
ResponderEliminarUn abrazo de amor e impotencia.
Muchos besos
Parece mentira... Tantísimos días, semanas, meses después, y el mundo no ha aprendido nada de nada. Aún peor.
EliminarA veces para l persona que lo recibe puede ser un oasis. Besos.
ResponderEliminarSiempre. Más o menos, pero siempre. Y para quien lo da.
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